Desde fin de este mes y hasta mediados de marzo, ornitólogos, científicos y ONGs de varias partes del mundo se encontrarán en el Centro de Interpretación de la Naturaleza y Observatorio de Aves de Las Grutas para realizar trabajos de conteo, anillados y observaciones de aves.
Cada año llegan al área natural protegida de la Bahía de San Antonio, en la costa atlántica de la provincia de Río Negro, miles de aves de más de 40 especies que por algunos días se detienen a alimentarse y aumentar de tamaño para emprender una larga migración, que en algunos casos las llevan hasta el Norte de los Estados Unidos y Canadá.
Entre esas especies está el playero rojizo, uno de cuyos ejemplares, anillado e identificado como B-95, fue registrado en 1995 y visto en esas playas rionegrinas, por última vez, en el año 2009.
Fuentes oficiales afirman que en Río Negro están registradas 363 especies distribuidas en la amplia geografía provincial, que abarca los andes patagónicos, la estepa, los valles y la costa atlántica.
El birdwatching o avistaje de aves es una actividad basada en la observación e identificación de aves en sus hábitats naturales y es una modalidad que está captando la atención de cada vez más público.
En el país se estima que son 3.000 los observadores nucleados en la Asociación Aves Argentinas, aunque su fanpage de Facebook registra casi 160.000 “me gusta”.
En la Argentina se contabilizan 100 destinos prioritarios con posibilidades de observación de aves y el 50 por ciento se encuentra en la Patagonia.
Mientras tanto, construyen el Eco Hotel, que será destinado exclusivamente al público interesado en la observación de aves y el eco turismo y que estará emplazado en un terreno lindero al área natural que rodea al Observatorio de Aves de Las Grutas.