En la Región Sur a las palabras se las lleva el viento. Es cierto que muchos sueños se fueron cumpliendo como la obra de pavimentación de la ruta nacional Nº 23, pero todavía falta mucho si se la quiere poner en valor en el marco del Corredor Bioceánico.
Falta, por ejemplo, terminar la pavimentación de la 23 que, una vez más, se encuentra paralizada.
Falta reconstruir el puente sobre el arroyo Nahuel Niyeu que no solo incomunica a la región cuando llueve en la meseta y hay creciente, sino también que ha provocado accidentes, algunos de ellos con víctimas fatales.
Falta que el gasoducto llegue a las localidades que no tienen el servicio de gas natural todavía ya incorporado a los proyectos del Plan Castello.
Faltan fuentes de energía suficientes para que se puedan radicar empresas y emprendimientos producticos.
Faltan servicios de telefonía celular de calidad, imprescindibles para atender las demandas de un turismo que es cada vez más exigente.
Falta colocar más cajeros automáticos (ni hablar de delegaciones bancarias) porque los que hay son insuficientes para atender las demandas de los vecinos de cada ciudad y andan mal, se quedan con las tarjetas y casi nunca tienen dinero.
Faltan más comercios que brinden el servicio de posnet, más folletería turística promocionando a la región, más ofertas en hotelería y gastronomía, más estaciones de servicio para que no se hagan largas colas esperando para cargar combustibles.
Falta un programa integral de repaso y arreglo de los caminos vecinales y un cronograma de trabajo armónico que contemple a la región en su conjunto.
Falta la colocación de balanzas sobre la ruta nacional Nº 23 y un mantenimiento permanente de la misma.
Faltan líneas de micros de media distancia y representaciones de las casas de altos estudios en la región.
Falta la pavimentación de las rutas que comunican con el Alto Valle y el Valle Medio para tener una integración más fluida entre regiones.
Falta definir qué tipo de minería conviene a toda la región y obrar en consecuencia. Faltan fuentes de energía alternativas como los parques eólicos, porque si algo es permanente y sobra en la zona es el viento.
Para lograr algunos de estos objetivos se tiene la fortaleza de una dirigencia regional que siempre ha estado a la altura de las circunstancias desde hace muchísimos años, la existencia del Ente para el Desarrollo de la Región Sur que en esta nueva etapa tendrá que abocarse a la concreción de estos objetivos, el acompañamiento del Gobierno Provincial que ha puesto mucho el acento en los parajes y en toda la región, el esfuerzo de los intendentes de cada localidad dejando de lado los localismos y especialmente los señores legisladores que lleven la voz de todos los vecinos al Parlamento provincial, son distinción es de aparcerías partidarias.
La Región Sur tiene inmensas potencialidades, recursos naturales de excepción y una fuerte impronta cultural y merece más que nunca crecer y desarrollarse en plenitud. Es el gran desafío.
JORGE CASTAÑEDA
ESCRITOR VALCHETA