La seguridad dentro del edificio de la Ciudad Judicial de General Roca se encuentra reforzada desde la semana pasada con la utilización de detectores de metales, informaron hoy fuentes oficiales. Se trata de dos dispositivos electrónicos de mano, cuya utilización está a cargo del personal policial que presta servicio en el edificio central del Poder Judicial de la Segunda Circunscripción.
Los detectores comenzaron a utilizarse en distintos sectores del inmueble, con principal aplicación en el subsuelo, donde se realizan las audiencias orales y públicas del fuero penal.
Es una modalidad de control no invasiva, porque no se realiza una requisa manual sobre las personas ni se requiere una exhibición de ropas ni efectos personales. El paso a corta distancia del sensor digital permite detectar cualquier tipo de objeto metálico que pueda representar un peligro potencial para la integridad física de funcionarios, empleados y usuarios del servicio de justicia en general o pueda perturbar el normal desarrollo de las audiencias.
La compra de los detectores fue anunciada por el juez delegado del STJ en la Segunda Circunscripción, Sergio Barotto, a finales de septiembre. En esa oportunidad el magistrado informó que por disposición del presidente del Superior Tribunal, Ricardo Apcarián, se había ordenado la compra de dos dispositivos que serían utilizados como “prueba piloto” en Roca, para definir sobre la base de esos resultados la eventual adquisición de más detectores para el resto de las delegaciones judiciales.
La utilización de estos dispositivos ya tiene el carácter de “procedimiento rutinario”, por lo que se agradece la comprensión y buena predisposición que hasta el momento han demostrado todos los usuarios del servicio y el público que asiste a las audiencias.
El uso de los detectores de metales se suma como herramienta de prevención en la Ciudad Judicial de Roca al sistema de videograbación y monitoreo de cámaras de seguridad en puntos estratégicos del inmueble y a la presencia permanente de dos efectivos policiales y del equipo de seguridad civil tanto en los accesos como en las dependencias internas del edificio.
Confirman condena por un robo ocurrido en Cinco Saltos
El Superior Tribunal de Justicia (STJ) confirmó una sentencia de la Cámara Primera en lo Criminal de Cipolletti que, el 9 de marzo de este año, condenó a Claudio Pardo y a César Orellana por robo con armas ocurrido en Cinco Saltos. Los jueces les aplicaron la pena de siete años de prisión, aunque respecto de Pardo se la unificaron con otra sentencia y deberá cumplir 17 años de cárcel.
Pardo, en 2010, fue condenado por la Cámara Segunda en lo Criminal de Cipolletti a 10 años de prisión por el homicidio de Jonathan Purrán, que ocurrió en 2009 en Cinco Saltos. El imputado, en ese momento de 23 años, le asestó una puñalada en la zona abdominal a Purrán “que lesionó completamente el riñón izquierdo, interesó estómago, colon transverso y arteria renal, heridas que por su entidad le provocaron la muerte al día siguiente”.
Después de la sentencia por el robo, la defensa pública interpuso una casación y, como fue declarada inadmisible, presentó un recurso de queja ante el STJ para revertir la situación de Pardo.
Cuestionó que debía haber sido condenado por “participación secundaria” (el tribunal lo condenó como coautor) y también atacó la unificación de las dos sentencias.
Surge del expediente que el 7 de febrero de 2016, a las 6 de la madrugada, los acusados Pardo y Orellana, en la intersección de las calles San Martín y 9 de Julio de Cinco Saltos, tomaron del cuello a un joven que estaba en la vía pública y, con un arma de fuego tipo revólver, lo intimidaron para apoderarse de su teléfono celular marca Samsung Galaxy Cuore 2.