Catalogado por sus aprendices de la “vieja escuela”, Williams fue un “guardaparque con mayúsculas”, de antigua estirpe, con mucho conocimiento de campo. Gran conocedor de los ambientes, trabajó, entre otros lugares, en el Parque Nacional Lanin, en Lago Puelo y en la Isla Victoria, donde incluso, después de jubilarse, continuó trabajando como voluntario en Puerto Radal, en la costa norte de la isla.
A propósito de su personalidad, el guardaparque Ricardo Pereryra, del Parque Nacional Nahuel Huapí, expresó: “Fue un gran ‘parquero’ y un personaje entrañable. De mi parte, puedo decir que fue uno de los maestros que siempre recordaré en la Institución. El “Chueco Willliams” siempre estará en el recuerdo de los que intentamos seguir sus pasos. Levanto mi copa en su honor”.
El intendente del Parque Nacional, guardaparque Damián Mujica, y todo el personal, acompañan especialmente a su familiares y amigos en tan doloroso momento.