Se trata de las nuevas drogas bajo costo: cannabinoides sintéticos y catinonas. Su ingreso al mercado es difícil de detectar y se pueden adquirir por internet. Así lo alertó Geraldine Peronace, médica psiquiatra de Buenos Aires que desde hace 20 años trata pacientes con trastornos adictivos e investiga las adicciones y nocturnidad.
Peronace fue una de las disertantes del “Segundo Congreso de Adicciones del Comahue”, que se realizó hace pocos días en la Facultad de Ciencias Médicas de la UNCo en Cipolletti.
La titular de la Agencia para la Prevención y Asistencia del Abuso de Sustancias y de las Adicciones, Mabel Dell Orfano, destacó la charla de Peronace, porque “marca la necesidad de estar más aggiornados en la problemática, porque en algunos aspectos y sobre todo con las drogas sintéticas el narcotráfico lleva varios pasos adelante”.
Por su parte, Peronace explicó que “con los cannabinoides sintéticos se buscan efectos similares al cannabis (marihuana) y con los catinonas, según el tipo, los efectos del éxtasis y/o la cocaína”.
Cannabinoides sintéticos
Al definir a los cannabinoides sintéticos, dijo que “son un número creciente de compuestos químicos artificiales, psicoactivos, que son rociados en material de plantas secas; vienen de materia líquida, dan olor como los sahumerios, y en el narco comercio el tema es poder pasarlos como inciensos.
“No hay reportes de intoxicación, lo que no quiere decir que no haya, por eso los médicos tienen que estar formados en esto, porque sino muchas veces no tienen idea de lo que están tratando”, manifestó la expositora.
Y agregó: “Entiendo que muchas veces los profesionales no están aggiornados respecto a lo último que hay en sustancias en el mercado y entonces cómo van a fijar los alertas si hay casos; por eso a veces no saben qué están atendiendo o se encuentran con un paciente en coma y no descubren de qué sustancia se trata”.
Indicó que es cuestión de tiempo que se reporten los cannabinoides sintéticos, porque de hecho hay estudiantes que han hecho sus viajes de egresados al exterior y los han traído.
Sobre cómo se consumen, expresó que se rocían estos compuestos que vienen en forma líquida sobre la materia seca y triturada de una planta para así poder fumarlos o se inhalan en cigarrillos electrónicos, “que es la última tendencia en varias sustancias”, y en las pipas de agua. “También se pueden tomar en forma líquida en un té”, indicó.
Dijo que “es muy difícil la detección y es fácil también su compra por internet, porque le ponen un nombre por el cual los que están en el tema lo saben”.
Señaló además que “el gran problema es que como la composición de muchos de los cannabinoides sintéticos es desconocida o cambiante de un lote a otro, es muy probable que los efectos que causen sean dramáticamente distintos a los que espera el consumidor”.
Informó además que los cannabinoides “son adictivos” y los que quieren dejarlos van a tener cuadros de abstinencia, con dolores de cabeza, depresión, inestabilidad, etc. “Lo peor es que no hay medicamentos comprobados eficaces para la adicción de estos productos”, consignó.
Catinonas
Respecto a las catinonas, son conocidas como “sales de baño” e ingresan de esa manera, por eso son difíciles de captar en la frontera y también se venden por internet. Dijo que como aparecieron en el año 2000 en el mercado, son pocos los estudios epidemiológicos.”Químicamente están relacionados con la catinona, un alcaloide presente en la planta khat, que es un arbusto”, consignó.
Agregó que “es muy similar a la anfetamina” y en el país se la encontrado en muchas variantes de éxtasis, hay cuatro comprimidos que más prevalecen en los lotes secuestrados y hay casos de intoxicación y de muerte.
Indicó que cuando pasan por éxtasis se consume por vía oral, y como polvo se esnifa, aunque también en menor medida hay otros tipos de consumo, como inyección intramuscular entre otros.
Sobre la gravedad de este consumo, ejemplificó que del 2017 a este año el consumo en la Argentina creció el 200%, y se pasó de 16 años la edad promedio de inicio de consumo, a 14 años.
Aconsejó “trabajar mucho más en prevención primaria, secundaria y terciaria”. Y mencionó además que la mayor cantidad de muertos no se da en los que ya son adictos, sino en las sobredosis por algún uso recreacional los fines de semana.