Siete paneles solares que posee la antena radar del satélite argentino SAOCOM 1 fueron cubiertos con mantas diseñadas y confeccionadas por un equipo de ingenieros de la Facultad y de la empresa estatal rionegrina Investigaciones Aplicadas (INVAP), son sede en Bariloche. Cada satélite tendrá 500 mantas diseñadas a medida de diferentes materiales aislantes como cartón, aluminio y acrílico.
El ingeniero aeronáutico Elmar Mikkelson, integrante de los “manteros”, como se autodenominan, explica que “en el espacio un aluminio pulido a la sombra puede alcanzar una temperatura de casi menos 270º C, y en el sol llega a alrededor de los 300º C. Entonces, para proteger a un satélite, que no se enfríe o no se caliente excesivamente, se le pone un elemento aislante. Las mantas térmicas cumplen esa función”.
La preparación de este diseño comenzó en 2012 en las cámaras de termovacío del Centro Espacial Teófilo Tabanera (CETT), de CONAE, en Córdoba. En esa oportunidad, se realizó un ensayo con medio panel de antena, simulando las condiciones espaciales.
En 2014, se llevaron estos ensayos al exterior en el laboratorio IABG de Alemania, donde funciona un simulador solar, una de las cámaras de termovacío más grande del mundo. En esa oportunidad, profesionales del GEMA viajaron junto con becarios de Ingeniería Industrial y Aeronáutica para ensayar un panel entero del satélite.
Las últimas pruebas se realizaron en 2017 en la sede de INVAP de Bariloche con resultados “positivos y alentadores”, y según indicó a Agencia CTyS-UNLaM, el director del GEMA, Pablo Ringegni, actualmente se está terminando de “vestir a la antena del satélite” para su lanzamiento poco después de mitad de este año.
Una vez en el espacio, el GEMA tendrá a su cargo el análisis de los datos que se bajen del satélite por telemetría respecto a la temperatura de los distintos sectores de la antena, para corroborarlos con las simulaciones realizadas.
“La confección no sólo se limita a las nuevas prendas de la temporada otoño invierno, diseñadas por reconocidas marcas de ropa. En esta ocasión también los satélites se visten de gala, con brillos y metalizados, gracias a la obra de ingenieros y becarios del Departamento de Aeronáutica de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional de La Plata.”
El ingeniero aeronáutico Pablo Ringegni, director del GEMA, hace más de seis años que con su grupo de “manteros” trabaja en el análisis y diseño térmico de la antena del SAOCOM 1A, la cual mide 10 metros de largo por 4 metros de ancho en su modo desplegado.
El SAOCOM (Satélite Argentino de Observación Con Microondas), un sistema compuesto por el SAOCOM 1A yel SAOCOM 1B, dos satélites de observación terrestre pertenecientes a la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) tienen el objetivo de medir la humedad del suelo y, en casos de emergencias, de la detección de derrames de hidrocarburos en el mar y el seguimiento de la cobertura de agua durante inundaciones.
Según cifras de la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA), hoy en día existen alrededor de 3.000 satélites operativos y un total aproximado de 8.000 objetos artificiales orbitando sin inconvenientes cerca de la Tierra, pero el problema – señala Ringegni – surge cuando sus antenas, a causa de tener algunas zonas con altas temperaturas y otras extremadamente bajas, se deforman y hace que quede fuera del plano requerido.
Para poder cumplir con los requerimientos, y que pueda funcionar correctamente, un diseño mecánico y estructural es tan necesario como un comportamiento térmico propicio ante las variaciones extremas.
“Se buscó lograr la menor variación de planitud posible mediante un estudio de balance de potencias para diferentes condiciones, por ejemplo, en función de lo que emite el sol, lo que puede drenar hacia el espacio profundo, entre otras variables y se diseña la antena ubicando radiadores en algunos sectores por donde va a drenar el calor y ubicando calentadores para las zonas más frías”, indicó.
Fuente: Agencia CTyS-UNLaM.