Con los alegatos de la Fiscalía y la defensa, el lunes fue clausurado el debate oral y público iniciado para probar la responsabilidad de un sujeto acusado de golpear a su beba de cinco meses en dos oportunidades, en una de las cuales le produjo hemorragia cerebral.
La acusación, integrada por el fiscal Juan Pedro Puntel y la adjunta Mariana Giammona comenzó exponiendo ante el Tribunal las principales conclusiones de las pericias psiquiátricas que se realizaron tanto al imputado como a la mamá de la víctima, quien mantenía con él, en el momento de los hechos, una relación de pareja.
Se refirieron a la primera agresión efectuada al arrojar una zapatilla que impactó contra la criatura; al segundo hecho, producido 45 días después cuando le propinó golpes de puños en la cabeza y amenazó a su pareja para evitar que ella denuncie lo sucedido y finalmente la desobediencia judicial, ya que el hombre tenía prohibido acercarse a la madre y a la niña.
Dijo Giammona que en su declaración que “la mujer fue sincera, la zapatilla iba dirigida a ella, pero impactó en la niña”, destacando que al individuo “no le importó que su hija estuviera ahí”. Todo ello fue avalado por los médicos que atendieron a la beba.
“Esta fue la primera muestra de que los impulsos del acusado resultaban perjudiciales para su hija”, enfatizó e hizo referencia a los testimonios concordantes de médicos y agentes policiales que destacaron la situación de vulnerabilidad en la que estaba inmersa la familia.
Puntel además de describir la tentativa de homicidio a partir de los siete golpes que el hombre le dio, con el puño cerrado, a su beba, dio cuenta de la intención que tuvo el joven y los motivos que lo habrían conducido a ello: “No podía desconocer que las trompadas que le propinó a la bebé posiblemente la matarían, esto fue explicado por los médicos. El agresor entendía lo que sucedió y las acciones posteriores fueron claras en torno en ese sentido”.
Así puntualizó en “la cantidad de golpes, la zona en las que se propinaron, la indefensión de la niña y el contexto de violencia familiar”.
Además, entre otros aspectos, se manifestaron en contra a la teoría del caso de la defensa al aclarar que, según los médicos, “una caída (tal la versión de los hechos que dio el imputado) no es compatible con esas heridas que pusieron en riesgo de vida en la bebé”.
Destacaron que la mamá y el tipo de vinculación que la unía a su hija no fue motivo de análisis en el debate, requiriendo finalmente la sentencia de culpabilidad por los delitos de tentativa de homicidio agravada por el vínculo, desobediencia judicial y lesiones leves agravadas por el vínculo.
¿Qué dijo la defensa?
Fue Graciela Carriqueo quien expuso la perspectiva de la defensa al manifestar que, “la niña no fue víctima de golpes, sino que sufrió una convulsión” describiendo luego la forma en que su padre intentó reanimarla y buscar ayuda.
“El fiscal intenta hacerle decir a la prueba lo que la prueba no dice”, comenzó manifestando la defensora oficial. “En la primera denuncia de la víctima hay un error y ella fue clara al reconocer que estaban discutiendo y él le arrojó una zapatilla que le terminó pegando a la niña cuando se agachó, por lo cual no hay dolo eventual”.
A partir de allí, continúo Carriqueo luego de reconocer la relación enfermiza que unía a la pareja y las condiciones de vulnerabilidad en que ambos estaban inmersos, se construyó una historia que no hizo más que sustentar ese primer testimonio.
Basó su alegato en la declaración del médico forense que explicó que la hemorragia si hubiera sido mediante golpe directo, debió dejar una lesión externa “que él no observó” agregando que fue claro en cuanto a que “las lesiones que verificó son compatibles con la sacudida que habrían efectuado cuando la niña no respiraba”.
Fue enfática al destacar que “lo que pasó el 13 de agosto es que a la nena le costaba tomar la leche y luego no respiraba porque estaba teniendo una convulsión, eso lo corroboró el médico forense y la propia madre”. Dijo, sin desconocer la pericia psiquiatra realizada por la perito aunque agregando que ello no implica que el imputado “sea un asesino”.
Dijo además que la versión de la madre de la niña no fue consistente, no pudo describir ciertas preguntas que le formuló esta defensa, “no pidió ayuda alguna porque a la beba no le había pasado nada o era tal el grado de desapego que no le interesaba”. Pidió en tanto que sea sobreseído de la desobediencia judicial ya que no pudo acreditarse que haya sido debidamente notificado.
”No existen certezas de que los hechos hayan ocurrido tal como la Fiscalía acusó, existiendo pues una duda razonable, a partir de la cual solicito la absolución y la inmediata libertad de mi defendido”.
Antes de finalizar, el Tribunal compuesto por los jueces Carlos Reussi, Itziar Soly y Adrián Dvorzak, otorgó la palabra al acusado quien negó ser autor de los hechos. La sentencia se conocerá a fin de esta semana.