Este sábado, pocos minutos antes del mediodía, policías en automóviles y motos de patrulla llegaron hasta el inmenso local ubicado en un sector de la Costanera de Viedma donde funcionó hasta mediados del año pasado el negocio gastronómico Sal y Fuego.
Uno de los vidrios del edificio fue roto por desconocidos, hace pocas horas, aparentemente para robar algo, pero en el interior solo hay tierra y basura.
Los policías constataron que no había ningún sospechoso en el interior del local y un jefe del grupo explicó al resto que “esto pertenece al municipio y hay que avisar a Pedro Sánchez”, secretario viedmense de Gobierno.
En julio del año pasado, la Municipalidad de Viedma dispuso la clausura del local ante “irregularidades que impiden que la nueva concesionaria se haga cargo del servicio”, según argumentaciones expuestas durante esa fecha.
Se trata de un conflicto que hasta ahora impide que ese lugar –estratégico por su ubicación, frente al río Negro- sea utilizado de alguna manera.
Poco después, operarios taparon con madera la ventana cuyo vidrio fue roto por desconocidos y ahora están trabajando en el interior del local.