Si el viajero visita la comarca del arroyo Valcheta, topónimo tehuelche que significa “lugar donde se colma”, haciendo mención a las célebres crecidas aluvionales a la altura pueblo, siguiendo el camino de chacras a la vera del mismo verá la construcción del puente del nuevo trazado de la ruta nacional Nº 23, ya pavimentada hasta Los Menucos, la tradicional belleza de “La Porlita”, la misteriosa “Casa de Piedra” con su particular arbolado, el embrujo de la “Casa Rosada” y sus ánimas, las chacras en producción de Chanquín que traducido significa “isla” y las bellezas naturales que encierra el paraje Chipauquil en las estribaciones mismas de la gran meseta de Somuncurá, en cuyas vertientes tienen nacimiento el arroyo ya nombrado.
Según el doctor Rodolfo Casamiquela, es un muy interesante topónimo tehuelche septentrional que se pronunciaría conforme a datos de sus informantes como “supaucul”. Expresa que “para Liboria Crespo, hija de la conocida informante de Harrington era el “mallín”, a lo mejor”.
Para esclarecer sobre este topónimo dice que “hay un consenso entre los últimos descendientes de tehuelches septentrionales de que el nombre se refiere a la cal muerta. En suma, una nueva categoría de tierras de pinturas, blancas en este caso”.
En ese paraíso rionegrino del Departamento Valcheta, a sólo 75 kilómetros del pueblo, tiene su hábitat natural restringido una especie única en el mundo: la denominada vulgarmente “mojarrita desnuda”.
Dicha especie considerada vulnerable está incluida desde el año 1988 en el Libro Rojo de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza. Único pez autóctono de la región en estudio y restringido solamente a las nacientes del arroyo Valcheta, una especie relictual.
En el interesante libro “Somuncurá, un horizonte en movimiento” se cita que “la Mojarra Desnuda fue descubierta a principios del siglo pasado y descripta por primera vez por el ictiólogo austriaco Fritz Steindachner; en 1903 en base a dos ejemplares que recibiera del ictiólogo Carlos Berg, sin indicar la localización del origen. Le asigna el nombre de mojarra desnuda porque los ejemplares estudiados no poseían escamas. Al poco tiempo Eigenmann, en 1910, coloca a G. Bergi en una nueva subfamilia, Gyimnocharacininae y señala la necesidad de descubrir la ubicación geográfica de la especie”.
Como un dato ilustrativo podemos señalar que el zoólogo alemán Carlos Berg, arriba citado, fue uno de los directores del Museo Argentino de Ciencias Naturales realizando un fructífera gestión científica.
Actualmente se la considera única en el mundo “como un relicto del período terciario. Es muy pequeña con apenas 55 a 87 milímetros de longitud. Su cuerpo es robusto, ligeramente fusiforme y poco comprimido, con brillo dorado. Es excepcionalmente ágil y con frecuencia salta afuera del agua.
Parece que prefiere reunirse en pequeños cardúmenes de 10 a 15 individuos. Dado que cuando es adulta pierde las pequeñas escamas presentes en los ejemplares jóvenes, se la llama desnuda y es una característica excepcional entre todos los charácidos siendo una curiosidad zoogeográfica y uno de los peces más raros de la Argentina”.
Ese informe de los especialistas termina advirtiendo que “dado que tiene una distribución muy limitada y un hábitat restringido, cualquier modificación en la cuenca del arroyo es de alto impacto y recomienda “que las medidas de conservación propuestas consisten en la protección total del Área Meseta de Somuncurá”.
Hace algunos años estas advertencias fueron tomadas en cuenta al implementarse el Plan de Manejo del Área Natural Protegida de todo el ámbito somuncurense no sólo para la mojarrita desnuda, sino para otras como la “rana manchada”, lugares de yacimientos paleontológicos, pelobotánicos y sitios arqueológicos de relevante importancia.
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta