Tiene 77 años, es de Río Colorado y no para de ganar torneos de natación en mar abierto

Juan Brzozowski es un reconocido médico jubilado de Río Colorado, en Río Negro. No para de triunfar y romper récords.

A los 77 años Juan Brzozowski es dueño de una brazada larga y fuerte. En el agua su cuerpo de 100 kilos y casi 8 décadas adquiere una nueva dimensión. Le ocurre como a los lobos marinos, pesados y algo incómodos en la orilla, pero veloces y poderosos en la profundidad del océano.Así es “El Ruso”, un nadador de Río Colorado que hace apenas dos años decidió comenzar a participar en el Campeonato Argentino de Aguas Abiertas en las categoría 70 años y más, en la distancia de 500 metros. Entre 2018 y lo que va de 2019 participó en tres fechas. Sus números son irreprochables.

El 28 de octubre del año pasado se presentó en Bahía San Blas, provincia de Buenos Aires y obtuvo el primer lugar en su categoría con un tiempo de 10.45 segundos. En la general quedó tercero.En mayo pasado estuvo en el balneario rionegrino de Las Grutas y llegó tercero en su categoría con un tiempo de 13 minutos. Aunque aquí hay que mencionar una salvedad: por una confusión entró al agua 3 minutos después que el resto de los competidores.

Finalmente, el 9 de este mes se presentó en Viedma, donde nuevamente triunfó en su categoría, esta vez con un excepcional tiempo de 6,10 segundos. ​Su próxima fecha será nuevamente en Bahía San Blas, en octubre, fecha en la que festeja aniversario aquella comunidad.“Empecé a nadar poco después de que mi familia, oriunda de Polonia, se trasladó a Río Colorado desde Pedro Luro. Tenía 7 años y medio y me escapaba al río donde nadaba como un perrito”, cuenta a ClarínBrzozowski. “A la vuelta del río yo sabía que me esperaba una paliza porque mis padres estaban enterados de que en el río se moría gente en el verano. El desafío era más fuerte”, agrega. La vida de Brzozowski ha sido en sí misma una travesía. Durante su infancia y adolescencia acudió al colegio a caballo. Junto a sus otros tres hermanos vivieron momentos duros. No obstante, Juan las recuerda como épocas felices en medio de la austeridad.

Sus padres, Estanislao Brzozowski y Ana Torbicz, desembarcaron en la Argentina en 1937. Buscaban un espacio en el cual progresar. Viajaron primero a Misiones, después a Villa Luro y por último a Río Colorado. Se dedicaron a la agricultura en una Patagonia que en la década del ’40 era en efecto un rincón apartado del país y del planeta.

Juan estudio medicina en la Universidad de Córdoba y al volver se convirtió en el “doctor de Río Colorado”. “Mi padre ayudó a nacer a medio pueblo, siempre fue el médico de acá y todos lo conocen”, cuenta su hija Ludmila. La historia de esta mujer de 42 años conecta o prosigue la pasión por el agua de su progenitor. Ludmila es una reconocida apneista y posee récords argentino y panamericano en su especialidad. Su hermana Eloísa es su entrenadora. Los demás hermanos son Eliana, Juan Pablo y María Estefanía.“Cuando yo nadaba bajo el agua y salía a la superficie mi padre siempre estaba, ahora es al revés cuando él entrena la que está afuera acompañándolo soy yo. Hay una conexión entre nuestras vidas”, explica Ludmila. “Creo que mi carrera inspiró a mi padre en esta etapa”, reflexiona.

A lo largo su conversación Juan deja entrever una profunda sabiduría en la que convergen su convicción por el deporte y la capacidad de superar la adversidad una y otra vez. “Estoy bien de salud pero tengo un montón de cirugías y he ido asumiendo estos problemas de una manera muy simple, en el sentido de no darle mucha bolilla. Psicológicamente lo fue fui superando”, dice.

Brzozowski también tiene sus personales teorías sobre otros aspectos de la salud como el peso y el hecho de nadar en aguas frías, por ejemplo. “En esta actividad uno no puede estar siguiendo una dieta.Yo peso 100 kilos y hay que traccionar kilos incluso en el agua. Acá lo importante es moverse, trabajar, mover el cuerpo. Yo entreno, tengo mi parque, corto el pasto, cuido mi pileta, voy de pesca, nado en el mar. Lo importante es el ejercicio más que la dieta”, concluye.

Y acerca del frío: “El agua fría no tiene que ser un mito. En Europa es común bañarse en aguas frías, los daneses lo hacen desde hace siglos. Cuando uno se mete siente algo los primeros 10 segundos, después el cuerpo se adapta”, cierra.

Hay razones para creerle. Juan entrena una hora los martes y los viernes en una pileta climatizada. Esto lo complementa con salidas a pescar en el Río Colorado, Río Negro o en el mar donde también aprovecha a nadar. Mantener su jardín y limpiar la pileta son complementos de su preparación, señala.

Para Brzozowski el apoyo de su hija, deportista de élite, y de su esposa, Ana Camila Rosa, son fundamentales. “Mi esposa me alienta para que siga y seguiremos, ella es una mujer muy trabajadora, muy madrazada y se ha ocupado de todo en el hogar”, detalla.

Cuando para muchos más allá de los 70 hay un territorio incierto, Juan encontró un motivo, una nueva aventura. “Hasta los 80 me veo compitiendo o hasta que se pueda. Mientras haya un desafío”, concluye.

Texto: Claudio Andrade, diario Clarín

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