La noche del jueves transcurría con normalidad en el centro operativo del RN Emergencias en Viedma. Los teléfonos no paraban de sonar, porque cada operador recibe aproximadamente 300 llamadas diarias. Hasta que llegó un pedido de auxilio desde el barrio 270 Viviendas de San Carlos de Bariloche.
Walter Figueroa lo recepcionó: era la voz de un joven que, por problemas familiares y por diferencias con su pareja, había decidido quitarse la vida. Comenzó a argumentar que la pandemia había complicado su vida y que la cuarentena lo tenía agotado. “Llamo para avisar que no va más, hasta acá llegué. Voy a matarme y quiero avisar dónde podrán a encontrar mi cuerpo”, manifestó.
El operador entendió la gravedad de lo que estaba ocurriendo y comenzó a hablarle con tranquilidad, a intentar generar un vínculo de confianza con el joven desesperado.
“Comenzamos a hablar de la familia, de la vida. Me contó de su señora y sus nenes. Hablamos de su trabajo y los problemas que tenía. Le dije que siempre la familia estaba primero, que tenía que pensar en ellos, fundamentalmente en sus hijos”, relató Figueroa.
La charla fue avanzando, hablaron sobre los intereses del joven, de su niñez, del deporte, motociclismo y demás. Mientras transcurría la charla, se volvía cada vez más emocionante. En forma paralela, el operador coordinaba desde Viedma el operativo rescate que ya estaba en marcha en Bariloche.
Luego de más de media hora de conversación, lo guió hasta un sector mejor iluminado, fuera del descampado donde se encontraba y mientras seguían conversando sobre la vida, llegó al lugar el móvil de la Policía de la Unidad 80° de Bariloche, junto al personal del Hospital Ramón Carrillo, quienes le brindaron atención y la contención necesaria para que desista definitivamente de su intención suicida.
El joven volvió a su hogar y se reencontró con su familia. En Viedma todo era emoción y satisfacción por haber evitado una tragedia. Hasta que volvió a sonar el teléfono y una voz masculina desde Bariloche pedía “por favor hablar con Waly”.
“Realmente fue muy emocionante. Me llamó para agradecerme lo que había hecho. Me dijo que le salvé la vida, que le hice ver las cosas de otra forma, me contó sobre el nacimiento de sus hijos. Lo puse en altavoz, creo que lloramos todos de emoción. Fue realmente muy lindo poder ayudarlo. Me dijo que iba a tratar de hacer mejor las cosas, que quería participar de una iglesia y ayudar a otras personas”, relató.
Walter Figueroa es cabo primero de la Policía de Río Negro. Durante varios años perteneció a la custodia del ex gobernador AW y desde hace aproximadamente un mes, trabaja en el 911. Nunca olvidará lo que ocurrió la noche del 19 de noviembre cuando se convirtió en héroe.
Texto y fotos: El Cordillerano (Bariloche)