Emilio Kropff, físico y neurocientífico oriundo de Bariloche e investigador del Conicet en el Instituto Leloir, publicó recientemente un estudio en la revista “Neuron”, que discute una histórica teoría del campo de la neurociencia, sobre el funcionamiento del GPS del cerebro, un circuito de neuronas que permite orientarnos en el espacio.
El trabajo que llevó adelante el neurocientífico rionegrino, bajo la dirección de los científicos noruegos Edvard y May Britt Moser, que ganaron el Nobel de Medicina en 2014, pone en duda una de las principales teorías sobre el GPS del cerebro, cuyo marcapasos son unas ondas llamadas “oscilaciones theta” del campo eléctrico, que sirven para sincronizar el encendido y apagado de millones de neuronas a un ritmo de varias veces por segundo.
Según Kropff, en la década de los setenta se planteaba que las frecuencias de estas oscilaciones aumentaban con la velocidad. Esta observación es la fuente de diversas hipótesis que tienen en común la idea de que la frecuencia de las oscilaciones es un código que le dice al cerebro a qué velocidad se mueve el animal, permitiéndole calcular sus propios desplazamientos.
Sin embargo, Kropff señala que ninguno de estos estudios trató de aislar la velocidad de otras variables relacionadas al movimiento, como la aceleración.
En el año 2015, su grupo de investigación encontró “una señal” que entró en tensión con la teoría de que la velocidad se “codificaba” a partir de las “oscilaciones theta” que era lo que se creía. Kropff volvió a analizar los datos obtenidos en aquella investigación publicada en 2015, durante su posdoctorado en el laboratorio de Moser, en la Universidad Noruega de Ciencia y Tecnología, en Trondheim, antes de su regreso a Argentina y la puesta en marcha de su laboratorio en la FIL.
Las evidencias recolectadas en esta última investigación, constatan que las oscilaciones no varían por la velocidad, sino que las oscilaciones dependen de la aceleración, que es un concepto un poco más complejo que la velocidad. Además el hallazgo permitió ratificar que la velocidad se codifica por las señales que había descripto en el estudio llevado a cabo, en el año 2015.
Los autores del estudio sostienen que aún es una investigación básica, pero que podría pensarse en futuras aplicaciones y para mejorar la comprensión de circuitos del cerebro que se encuentran alterados en patologías como la enfermedad de Alzheimer.
Por este motivo, las legisladoras rionegrinas Claudia Contreras, Graciela Vivanco, Adriana Del Agua y Julia Fernández, acompañadas por su par Juan Pablo Muena, presentaron un proyecto para declarar de interés provincial y científico el estudio realizado por el barilochense Emilio Kropff.