La cantidad de vacunas que el Gobierno nacional ha conseguido a la fecha exige la planificación de su distribución con enfoque de riesgo (en primer lugar los más expuestos a enfermar) y asegurar a la población el estricto cumplimiento de los protocolos establecidos.
La población necesita confiar en quienes ha delegado la gestión de la pandemia y las autoridades deben ser dignas de esa delegación honrándola con honestidad y eficacia.
Semanas atrás se conocieron algunas dudas en municipios bonaerenses y luego en provincias (Santa Cruz, entre otras) que sembraron la duda inicial sobre si estos principios se cumplían o había un plano donde se evadían los compromisos de la gestión. Vacunas extraviadas, otras desactivadas, beneficiarios por fuera de las prioridades, han hecho crecer la duda sobre la legitimidad de la gestión. La lamentable decisión del Ministerio de Salud de apañar un “vacunatorio ad-hoc” en su sede violando todos los compromisos establecidos es un cachetazo en la confianza pública de los ciudadanos argentinos.
Para salir de esta difícil situación sanitaria y económica la confianza en quienes tienen la responsabilidad de conducir es clave. En Río Negro también existen dudas y resquemores al respecto. Un pedido de informe del ex juez Nelson Echarren a la gobernadora Arabela Carreras expresa una inquietud que palpamos en la calle. No sólo hay que parecer.
Carlos Reussi
Médico sanitarista, egresado de la UBA, ex delegado federal sanitario en Río Negro y con más de 50 años de residencia en Viedma.