La nota titulada “Un misterioso fenómeno ocurrido en el cementerio de Sierra Pailemán”, publicada el 7 de julio del año pasado, implicó el interés de miles de lectores de masrionegro y, también, diversas reacciones relacionadas con la creencia o no de extraños hechos.
Además, la nota derivó en polémicas opiniones acerca de los originarios tehuelches y, más adelante en el tiempo, los mapuches.
Las referidas opiniones están consignadas tal cual fueron ingresadas a la página de masrionegro a través de Facebook.
Se aclara que aquí no figuran numerosas opiniones que solo aportaron breves y largas referencias de ambas temáticas expuestas.
Adri López
Yo sí creo, porque viví algo inexplicable hacen varios años y de los que les he contado solo alguno me creyó, pero yo sé que lo que vi fue real.
Mónica Velázquez
Mi mamá y su familia son de Sierra Pailemán, ahora vivimos acá en Neuquén, ella es de apellido Pailemán, de hecho, ha quedado familia allá, cabe aclarar que sus raíces son tehuelches, no mapuches. Nosotros tenemos familia en Puerto Madryn, Sierra Grande, San Antonio, Trelew y varios otros lugares, lo que pasa es que ahora hay primos, sobrinos, nietos y siguen otros, el apellido se perdió, pero están las raíces.
Serapio Gajardo
Es bueno que aclares que son tehuelches y no mapuches, porque si no se sigue perdiendo al verdadero habitante y descendiente de nuestra querida Patagonia.
Mary Cristina
Los muertos bailan y conversan… son ellos nomás, los de Painemal ..que miedo
Howard Saade
Es solo folclore, no crean en aparecidos, aparecen para los supersticiosos, nada más
Cacho Jara
Que yo sepa siempre reivindicaron a los tehuelches, los verdaderos dueños de la Patagonia, lo que siempre criticaron fue a los invasores mapuches, que vinieron del otro lado de la cordillera.
Fabyan Lafquen Huexhe
Acá nadie está hablando de reivindicación; además por su apellido ud ni chewelche ni mapuche, entonces calle su bocota y vaya aprender un poco de historia geográfica de los pueblos originarios que mucha falta le hace, donde no levantaban banderas ni chilena ni argentina.
Lola Morales
Mí padre era un libro viviente de historias y leyendas del Norte neuquino que vio y vivió cuando el juraba por su madre eran ciertas y, la verdad, estás cosas existen
Carlos Insaurralde
Miren: las brujas/os no existen pero que las hay las hay. Ojo yo, por las dudas. Hermosa historia
Guillermo Aranda
Mucha gente no cuenta sus vivencias por temor a ser ridiculizada. Cosas que pasan a una o varias personas y se callan.
Patri Corna
Hola soy de La Pampa. He visto gente que se viste de blanco y bailan porque se transforman en esclavos de épocas pasadas. De Eyues. Rituales, sectas para hacer bajar el diablo. Y lo hacen en los cementerios o en campo abandonados .. para hacer brujería… entregan al diablo el alma de las personas .. a las que les hacen brujería … Dios nos proteja a todos de esas cosas .
Leo Aguerre
Mi abuelo paterno era tropero y paso y vivió en esos pagos nunca recordó nada más que las buenas personas que encontró hay (Pedro Feliciano Aguerre)
Néstor Pérez
Por varios años fui preventista de una firma de comestibles que hubo en San Carlos de Bariloche y tuve la suerte y la experiencia de recorrer innumerables lugares por la famosa ruta 23 que une el mar con la cordillera en la provincia de Rio Negro, cuando todavía era en esos años en su totalidad de ripio y dicho de paso destrozada también, la supe hacer de dia , de noche , en invierno, en verano con todas las condiciones climáticas que por esos lugares reinan muy a menudo y que solamente el que vive en la zona o transita por esos lugares sabe de que hablo, más de uno dirá que tiene que ver toda esta historia con el tema en cuestión y es que en una oportunidad venia de regreso de la localidad de Valcheta hacia Bariloche viaje que se me había hecho muy tarde, eran pasada la una de la madrugada, era una noche de invierno muy oscura y al llegar a una zona de bajadas pasando Comallo ya próximo a llegar a Pilca Viejo, veo sobre la ruta unas pequeñas luces que brillaban en el medio del camino , en ese instante a uno se le cruzan por la cabeza innumerables cosas , desde un robo, hasta los famosos ovni por esos lugares, ánimas etc , pero el hecho fue que yo venÍa en mi vehículo con luz larga y había una tropilla de caballos de pelaje oscuro que estaban sobra la traza y al estar encandilados los animales con la luz hacían un movimiento con la cabeza, que yo interprete como que aminorara la velocidad o parara , en fin el julepe paso pero me quedo una anécdota para contar y una enseñanza también y es que todo tiene una explicación en este mundo y nada es ficticio , si se mueve es de carne y hueso, lo que pasa que el hombre se sugestiona y de hay que nacen las historias fantásticas, pero que las hay las hay.
Fernández Sergio
Yo estuve trabajando ahí y veíamos luces de vez en cuando le preguntamos a los de ahí pero no sé, yo siempre pensé que como no éramos de ahí.
Nacio Nalista
Interesante, pero no sé dice “lengua mapuche”, se dice “Lengu mapuzungún o mapudungún”; la lengua mapuche no existe. El mapuzungún era la lengua ancestral que hablaban los pueblos Tehuelches, Ranqueles, Puelches, etc. Todos pueblos que habitaban de este lado de la cordillera y que luego, hacia 1833 aproximadamente, adoptaron los venidos de lado Oeste, hoy Chile.
Nena Bilbao
Si yo vi cosas, y fui a la iglesia y se lo conté al cura y después vi una luz inmensa que se venía directo al auto de mi hijo y pensé que era una moto y me paralice y vi q paso , cuando fui a Corrientes con mi hijo.
Lucas De Esquel
Propaganda para atraer el turismo. Todo falso ..fin
Sara Velasques
Mi mami nació en Arroyo Los Berros y ella siempre nos contaba cosas así siempre me quedé con esa de será cierto
Cacho Jara
Grandes tierra de valerosos tehuelches, el cóndor es su símbolo, en las escuelas habría que exigir su lenguaje para que no se pierda su cultura.
Sonia Palazzetti
Quizás hayan sido de algún rito. Igualmente muy interesante la historia, creo que hay mucha gente que ha vivido experiencias paranormales. Me parece importante dejar el lugar al misterio y pensar que no tenemos todas las respuestas. También debemos pensar que si tantas personas en el mundo cuentan de experiencias paranormales, es porque debe existir otra realidad.
Víctor David Fernández
Pufff… pura publicidad para turismo y fomentar la circulación de gente en ese lugar para que los lugareños puedan vender sus productos regionales.
EN EL CEMENTERIO DE SIERRA PAILEMAN LOS MUERTOS BAILAN Y CONVERSAN
Sierra Pailemán es un hermoso y tranquilo paraje de la Región Sur de la provincia de Río Negro. Su nombre en lengua mapuche significa “cóndor que vuela de espaldas”. Y mucho tiene que ver con esas aves totémicas pues varios viajeros a mediados del siglo pasado los divisaban allí hasta que desaparecieron.
El programa denominado “De los Andes al Mar” desde hace algunos años realiza allí la famosa “suelta de cóndores” y ya es casi habitual volver a verlos surcar los cielos de Pailemán.
La tradición oral de los viejos pobladores también ha recreado viejas leyendas y “contadas” que han sucedido, siendo la más conocida y mentada –casi fantástica- la de la muy famosa y temida “Dama de blanco” que hace dedo en la primera tranquera del paraje. En Pailemán los viejos mitos se recrean y dejan una impronta de fantasía. Como solía decir el escritor peruano Manuel Scorza “los hombres viajamos del mito a la realidad y viceversa”. En sus pinturas rupestres de una imborrable belleza el profano puede vislumbrar un pasado de remotas culturas donde la llamada por los estudiosos “realidad no ordinaria” convive con la vida de los hombres modernos.
Un memorioso amigo me contó un hecho que le ocurrió en este lugar mágico, cuando solía allegarse al mismo para vender los planes de una reconocida firma de planes de automotores.
Mi amigo recorría frecuentemente toda la zona en su automóvil promocionando sus ventas.
A raíz de la nota de mi autoría publicada en la página digital de la ciudad de Viedma “Más Río Negro”, que ha provocado más de 200.000 lectores e incontables comentarios sobre un camionero oriundo de Ingeniero Jacobacci que fue virtualmente llevado por un plato volador, me comentó dos casos increíbles donde fue protagonista.
Uno ocurrió con un cliente de un campo en la provincia de la Pampa muy difundido también en los medios de aquella época ahíta de avistajes de Objetos Voladores no Identificados donde indirectamente le tocó conocer particularidades del caso y conocer al protagonista.
Pero, en realidad me quería contar lo que le sucedió en este paraje de Sierra Pailemán cuyo recuerdo a pesar de los años está fresco y patente.
Había realizado algunas operaciones relacionadas con su trabajo cuando por la tarde le avisan que en Pailemán había algunos interesados en suscribirse.
Si bien tenía que regresar a la ciudad de Viedma, su residencia, no podía desperdiciar la oportunidad para visitar a dichas familias.
Como se preveía hizo unas buenas ventas a los vecinos; y una reconocida familia del paraje lo invita a comer, ya casi caída la tarde. Por razones de gentileza no podía rechazar el ofrecimiento que es muy habitual en los pobladores de nuestra zona rural, a pesar que estaba ansioso por regresar a su casa y quedaban bastantes kilómetros.
Después de compartir un apetitoso asado de ternera (él no toma bebidas alcohólicas) regado con algunos vasos de jugos de fruta, decide ponerse en marcha para regresar siendo ya noche cerrada, después de agradecer a sus ahora clientes y amigos.
Enciende su vehículo y por la entonces casi huella de ripio emprende el regreso. Grande fue su estupor cuando al pasar por el cementerio ve cerca de lo que parecía un panteón luces y gente que hablaba entre sí y bailando. Casi todos con ropas blancas y antiguas.
Con una sorpresa en aumento pensó que la vista le había
jugado una mala pasada y apaga las luces de su auto y ahora divisó con más claridad a los fantasmagóricos habitantes del cementerio rural de Sierra Pailemán.
Con un gran susto de su parte enciende las luces y arranca velozmente hasta encontrar el empalme con la Ruta Nacional 23 y el cruce con la 3 que lo llevaría a destino.
Jamás pudo explicarse sobre el hecho que le tocó ser protagonista. Irreal, alucinante, pero que lo vio con sus propios ojos. Nunca quiso tampoco contar lo sucedido porque sabía que se arriesgaba a que no le creyeran o lo considerar un fabulador.
El amigo e investigador don Guillermo Iriarte –una verdadera eminencia de nuestra provincia-, me sabía contar historias parecidas y me advertía que estas cosas que escapaban a nuestro raciocinio “normal” había que tomarlas muy en serio, pues a él mismo le habían ocurrido.
¿Hay otra realidad aparte de la cotidiana de todos los días? ¿Hay un tiempo que está fuera de nuestro tiempo? Preguntas, muchas preguntas que no tendrán nunca respuestas
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta
Título original del autor de la nota
Reedición a pedido de muchos lectores de masrionegro