Es difícil encontrar una población en la que no haya circulado una historia o leyenda, sobre la presencia o aparición, tanto permanente como esporádica o para determinadas fechas o acontecimientos, de algún fantasma o espectro que haya tenido en su momento vinculación con alguna situación acontecida en el lugar.
Por lo general, y como sucede casi siempre, la aparición provoca reacciones encontradas que van desde el temor – lógico por otra parte– hasta el descreimiento o directamente una clara actitud de ignorar su presencia, aunque estos no figuran entre los que mayoritariamente asumen esa postura.
Es importante, por otra parte, describir o identificar el escenario de las apariciones, ya que no es lo mismo el efecto de la visualización en regiones o lugares solitarios o inhabitados, casas abandonadas, caminos poco transitados, teatros, en proximidades a cementerios, en el patio o el interior de tu vivienda, o en sectores densamente poblados. Los efectos de las presencias, de acuerdo al lugar de su aparición, provoca sin dudas reacciones muy diferentes.
Sin ir más lejos en el tiempo, recientemente distintos medios escritos nacionales han dado cuenta que en la localidad balnearia de Pinamar en la costa atlántica de la provincia de Buenos Aires, hace su aparición el Fantasma o espectro del cantante Leo Mattioli, fallecido no hace mucho.
Vecinos del lugar aseguran que la figura del cantante se ha visto paseando en proximidades de la que era su vivienda, hoy abandonada. Otros atestiguan haber escuchado temas musicales del repertorio del desaparecido interprete, mientras algunos sostienen haberlo escuchado cantar “a capella” alguna de sus canciones.
Recientemente también, según medios escritos capitalinos, en un barrio del Oeste del Gran Buenos Aires, un vecino fue alertado que le habían desvalijado la casa durante su ausencia. Según la publicación, el joven identificado como Nahuel se encontraba en el festejo de cumpleaños de un familiar a pocas cuadras de su vivienda, por lo que en pocos minutos retorno a su casa.
Siempre a estar por las publicaciones, al llegar se encontró un panorama desolador al observar que prácticamente habían desvalijado la morada de sus padres contigua a la suya. El damnificado revisó entonces su computadora para ver lo que habían registrado las cámaras de seguridad y se encontró con algo que lo sorprendió, ya que se visualizaba la silueta difuminada de una persona que identificaron como un joven del barrio fallecido tiempo atrás, que los vecinos interpretan que: por alguna razón “aún esta acá y está enviando señales.”
Muy distinto es el efecto que surge con solo escuchar el relato de la leyenda del fantasma de la monja del Colegio Don Bosco de la localidad de Ramos Mejía. De acuerdo a los relatos de algunos pobladores del lugar, es estremecedor escuchar en noches cerradas, a las que se le suman condiciones meteorológicas desfavorables, tornando desapacible y tenebroso el ambiente, los lamentos de la monja que muchos aseguran escuchar.
Más aún, cuando la leyenda que se conoce, habla que la religiosa tomó la drástica decisión de quitarse la vida arrojándose al aljibe existente en uno de los patios del establecimiento.
Entre las situaciones paranormales que se comenta suceden, además de los mencionados lamentos que se escuchan por las noches, se suma lo que también aseguran otros, que afirman que durante mucho tiempo, siempre a la misma hora de la noche, sin explicación alguna, comenzaba a escucharse el timbre, que durante el día anuncia la salida de los chicos a los recreos.
De acuerdo a expresiones del personal del Colegio se intentaron distintas acciones, revisiones y otras formas destinadas a establecer el porqué del accionar del timbre, pero todos los intentos resultaron vanos.
Según quienes siguen de cerca estas situaciones paranormales, aseguran que a pesar de las pormenorizadas y exhaustivas investigaciones, nada hallaron que justifique el accionar del mencionado timbre, ya que de acuerdo a lo observado, todos los elementos que componen dicho mecanismo se encontraron absolutamente normales y no fueron encontrados tampoco, ni pudieron descubrir las causas que originaban el funcionamiento del mencionado elemento.
Obviamente, aunque en la actualidad los vecinos han manifestado que el timbre no se escucha, la mayoría sostiene que el temor no se ha ido totalmente ya que en buena medida los pobladores aguardan con cierta impaciencia la llegada de la hora en la que tiempo atrás el timbre atemorizaba a la localidad con su estridente sonido.
Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma
20 – 04 – 2022
Las Grutas – Río Negro