Si bien situaciones de esta naturaleza se han podido comprobar en distintos lugares y han sido ampliamente difundidas, en este caso nos vamos a referir a acontecimientos registrados en Allen unos años atrás.
Es muy probable que a muchos de los lectores le habrán sucedido situaciones similares o han vivido circunstancias a las que no le encuentran explicación alguna. Cuantas veces, muchos de ustedes habrán dejado un elemento, que utiliza en forma permanente, (por ejemplo un llavero con sus respectivas llaves), en el lugar que lo hace frecuentemente y cuando fue por él, no estaba.
Obviamente lo buscó, no solo en ese lugar, sino en otros en los que supuso entonces que pudo dejarlo, aunque no era habitual y tampoco estaba, pero para su sorpresa en una de sus recorridas, el elemento buscado en forma insistente, apareció en el lugar donde acostumbraba dejarlo.
Ante hechos de este tipo, seguramente uno es invadido por dudas que surgen incuestionablemente y comienza a dar un repaso a sus movimientos, como así también si no siguió los acostumbrados o equivocó y no dio los pasos de siempre y otras posibilidades, que fue descartando sin encontrar una razón valedera.
Hemos mencionado solamente una posibilidad que nos causa sorpresa y a la que no le encontramos, como dijimos, explicación alguna, pero muchas veces se advierten otras situaciones que tampoco se justifican. Por caso, que se abran y/o cierren puertas o ventanas, que se caiga o descuelgue un cuatro, adornos o recuerdos de un armario, libros de una biblioteca, u otro elemento.
Muchos han atestiguado, por su parte, que la experiencia más impactante no exenta de cierta sensación de terror, la han vivido quienes observaron caer un crucifijo del lugar que le habían asignado para que los proteja.
Al revisar y consultar material de archivo sobre estos temas, nos encontramos que situaciones o hechos de esta naturaleza se vivieron años atrás en la Municipalidad de Allen, cuando el cargo de intendente lo desempeñaba la señora Sabina Costa, quien si bien expresó no creer en fantasmas, reconoció que en el edificio podían haber malas energías.
Los medios de prensa de ese tiempo publicaron asimismo, que un empleado municipal que fue testigo de cómo se producían hechos anormales como los detallados, quedó impresionado. Las informaciones agregaban que alguien vio a varias personas vestidas de negro hacer una especie de rito de tipo umbanda, dejar en el lugar velas y la imagen de la Virgen María con el niño Jesús decapitado.
Los medios aseguraron, por otra parte, que al día siguiente un diácono bendijo la oficina donde el empleado municipal observó caer los cuadros y como puertas y ventanas se abrían y cerraban solas.
A todo esto, otros señalaron que la intendente Costa, tras reconocer que de repisas ubicadas en su despacho se cayeron algunas cosas y que advirtió el movimiento de puertas y ventanas, atribuyó el hecho a que el viejo edificio tenía movimientos por estar construido sobre napas de agua.
En otro orden, existen publicaciones que se refieren a historias, cuentos, relatos y leyendas que han circulado durante años entre la comunidad de esa población y en muchos de ellos se menciona a hechos que han tenido lugar en aquel ámbito, por caso un artículo de Graciela Vega que hace referencia a un cuento que firma Marta Tenebérculo, que habla de estos temas.
Por caso, la aparición de un extraño personaje vestido de negro, al que se lo vio en un edificio oficial .y rápidamente desapareció. Pese a organizarse la búsqueda con la participación de numerosos grupos no se lo pudo hallar.
Se cuenta también que en la secretaria del mismo lugar, al finalizar una jornada de trabajo no encontraban un bibliorato con importante documentación y al día siguiente quienes llegaron en primer término lo encontraron en el lugar habitual.
Cuentan otros que en ocasiones, armarios y escritorios que se cerraban con llave, al otro día se los encontraba abiertos. Uno de los empleados al que gustaba escuchar la radio, sostuvo que cuando encendía el receptor por la mañana, nunca estaba en la misma estación sintonizada cuando lo apago en la jornada anterior y que otras veces al llegar escucho música con mucho volumen pero al arribar al lugar la misma cesaba inmediatamente.
Algo similar ocurría con las luces que habían sido apagadas a última hora de la tarde cuando se retiraban los trabajadores y por la mañana siguiente se las hallaban encendidas.
Entre la cantidad de relatos encontrados al respecto se menciona asimismo que una empleada de jerarquía del lugar, expresó a viva voz que no creía en fantasmas ni les temía y que ella se instalaría en el primer piso del edificio donde se concentraban los relatos sobre las apariciones.
Así lo hizo y esperó sentada dando la espalda a la puerta de acceso, a la espera que se produjera alguna situación extraña o anormal. No tardó demasiado en bajar casi en estado de shock y contar que sintió a sus espaldas la presencia de alguien a quien no pudo ver y que un intenso frio la envolvió, aunque la puerta se mantuvo cerrada.
No son pocos entonces, quienes siguen e investigan hechos paranormales, que son señales que dejan fantasmas o espectros para demostrar que todavía andan por allí, aunque no se dejen ver.
Texto: Eduardo Reyes, escritor y periodista de Viedma
Las Grutas – Rio Negro