La amena pluma de mi amigo escritor de Ingeniero Jacobacci Gustavo Abel Di Crocce, en su último e interesante libro “Vidas de radio”, relata anécdotas vividas en la señera Emisora LRA 54. Personajes del pueblo, historias rescatadas del olvido, algunas tristes y otras jocosas, los programas que hicieron historia, el personal técnico, los directores (Gustavo fue uno de ellos), los operadores, los locutores y por supuesto la localidad toda de Ingeniero Jacobacci.
Con impecable prosa Di Crocce cuenta en de los segmentos de su libro algunos hechos que marcaron su vida en la radio, y, por supuesto, no podían faltar, como en cualquier localidad que se precie, las historias relacionadas con el mundo paranormal o fantástico.
“Un amigo –relata Gustavo- me había comentado acerca de algunos hechos extraños que tenían lugar en su casa. La antigua construcción lo desvelaba con extraños sonidos que se hacía oír en medio de la noche. Según me había dicho, era común que se despertara con el sonido de pasos. Aguzando su oído, pudo discernir los pasos de alguna persona grande que resultaban algo arrastrados, y otras pisadas más cortitas como de alguien más pequeño. Mi amigo indagó sobre la historia de los habitantes de aquella vieja casa y descubrió que allí había vivido una señora mayor junto a un pequeño perrito que era su mascota.
Cuando la anciana falleció en aquella morada, el perro desapareció. Mi amigo estaba convencido de que los ruidos que se escuchaban eran de aquellos antiguos habitantes de la finca”.
“Decidido a hacer conocer a la comunidad esta historia lindante con lo paranormal, le pedía a la cronista que se acercara a la misteriosa vivienda para lograr la entrevista como nota de color. El reportaje fue el relato en primera persona de estos sucesos, pero no concluyó allí”.
“Mi amigo condujo a nuestra cronista a un lugar inquietante de la propiedad. La voz de la periodista se entrecortaba cuando relataba lo que estaba viendo”.
“En los fondos del terreno de la antigua vivienda, había rectángulos de tierra apisonada que coincidían en apariencia con los rastros que dejarían precarios sepulcros”.
“La joven locutora regresó a la radio todavía temblando por la experiencia, aunque sonriente por la satisfacción de la nota periodística que había logrado”.
“Fue sin duda un hecho en verdad insólito que rompió la monotonía informativa de aquella jornada”.
Hasta aquí el relato de Di Crocce. ¿Qué pueblo, qué ciudad o barrio no guarda algún hecho que tenga similitud como el aquí contado? ¿Los acontecimientos trágicos acaso no dejan alguna huella sobre las casas y los objetos?
Los estudiosos de los casos paranormales dan explicaciones lindando con lo esotérico y lo fantástico. Para otros más escépticos son simple superchería o casos de sicosis.
Lo cierto es que estas historias atraen y además también meten algo de miedo, sobre todo cuando las noches son cerradas y uno camina solo.
Pero los periodistas saben que esas historias atrapan a la mayoría de la gente que las lee o las escucha.
Fantasmas, sepulturas, ruidos en el techo de cadenas que se arrastran, figuras que aparecen y se desvanecen en las tinieblas, luces malas, gemidos lastimeros. ¡Qué miedo!!
Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta
Foto ilustrativa (no hay referencia fotográfica de la mencionada casa)
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