Según el Consultor Patagónico: Aguada Cecilio es “una pequeña localidad ubicada en el Departamento Valcheta, a treinta kilómetros al Sudeste de la población de Valcheta, comunicada al resto de la provincia de Río Negro por medio del Ferrocarril de la Línea Sur San Antonio Oeste – San Carlos de Bariloche y la ruta nacional Nº 23”.
“Su origen data de largo y su nombre recuerda a Cecilio Crespo, pionero junto a sus hermanos de la colonización rionegrina”.
“En las inmediaciones hay un importante yacimiento calcáreo y durante muchos años, desde sus vertientes, se transportó por ferrocarril al gua hacia San Antonio Oeste”.
Al respecto, en el valioso diario del pionero Leonhard Ardüser en el narra minuciosamente su trabajo y sus vivencias a la par de la construcción del ferrocarril, en la hoy llamada Línea Sur, desde San Antonio al lago Nahuel Huapi en 1911-1912, el día 7 registra que “en el kilómetro setenta y nueve está Aguada Cecilio, en ese lugar también se llena o se repone agua en los tanques. Aquí hay una vertiente, es la última, más adelante ya no hay agua dulce.
En realidad, en la estación “Travesía” hay un pozo de sesenta metro de profundidad. Según me explicó uno de nuestros ingenieros, a esa profundidad hay una capa de agua dulce, pero con una capacidad de tan sólo tres metros cúbicos por día”.
Pocos más datos se tienen de este paraje nacido junto en el tendido de las vías férreas. Su población escasa, contando con algunos negocios de ramos generales, comisión de fomento, una pequeña estación ferroviaria con playa de maniobras, escuela primaria, sala de primeros auxilios y un destacamento policial con una arquitectura muy definida y sólida, construida en la gestión del entonces gobernador ingeniero Adalberto Torcuato Pagano, al igual que la mayoría de las comisarías de la Región Sur.
Es también un centro de reunión de los pobladores rurales y un punto de paso. La ruta 23 la dejó a un lado, dado que antes cruzaba por el centro de la población. Ahora hay que entrar a la misma, pero merece conocerse.
Se distingue porque desde sus cercanías se transporta en pintorescos vagones la caliza que insume la empresa Álcalis de la Patagonia.
Entre Aguada Cecilio y Valcheta está ubicado el famoso cerro “sombrero” (según naturalista suizo George Claraz, cerro Bonete). En su “Viaje al río Chubut” escribe: “Desde aquí se divisan las lomas de Pajalta y junto a ellas un cerro aislado, casi un bonete, que puede distar alrededor de tres leguas. Se dice que en él existe una cueva, pero sin pinturas”.
Aguada Cecilio es uno de los parajes característicos de la estepa patagónica: de flora achaparrada y con un puñado de pobladores hospitalarios y sabios.
Queda en el recuerdo el tradicional negocio de Amestoy que tenían un puma domesticado que era la atracción de los viajantes de comercio y los vecinos de localidades cercanas.
Pero sin duda que lo más llamativo y característico del lugar es el famoso y legendario “cerrito Amarillo”, por su color ocre bien definido. Está lleno de leyendas que aluden a la Salamanca y varios antiguos pobladores cuentan sucedidos que lo involucran.
Quién no tiene miedo y lo escala verá que tiene algunos rastros de fósiles marinos, que abonarían la teoría que toda esta región alguna vez estuvo cubierta por el mar, el Gualicho incluido, donde se han encontrado vestigios del famoso “delfín picudo de Cuvier que se puede apreciar en el Museo de Valcheta.
Recientemente la Legislatura aprobó el proyecto del legislador Martín Noale estableciendo el día 20 de marzo de 1910 como fecha de fundación del paraje, dado que ese día se inauguró la vía férrea que une a las ciudades de San Antonio Oeste y Valcheta.
Yo me permití escribirle un poema para homenajear a Aguada Cecilio, que con música de Mario González y la interpretación de Jesica Cepedano se suele cantar en peñas y festivales.
“Paraje de mi provincia/ casas al viento y al sol/ blanca como la caliza/ llora su pena mayor. La vieja agua de Crespo/ espera su despertar/ tardecitas con el viento/ que no para de soplar. La ruta no la divide/ el progreso no la llevó/ todo ha pasado y se fue/ como el puma de Amestoy. Aguada de vieja historia/ la calera y su labor/ hoy están solos los rieles/ y más sola la estación. El asfalto trae promesas/ para un futuro mejor/ en el cerrito Amarillo/ su salamanca mayor. Aguadita de esperanza/ jarillales bajo el sol/ qué lindo se pone el pago/ cuando es buena la ocasión”.
Texto: Jorge Castañeda
Escritor – Valcheta