También se las conoce como diamante negro. Su color se debe a la gran altitud de la zona donde se producen y su precio es uno de los más elevados del mundo.
La manzana negra es una variedad muy particular de esta fruta que se cultiva en una única región del planeta. Tienen el nombre chino de Hua Niu y se la conoce en occidente como Black Diamond o Diamante Negro en español.
Si bien existen muchas variedades diferentes de manzanas que le brindan a esta fruta una amplia gama de colores (desde el tradicional rojo, al amargo verde y la poco frecuente amarilla) la negra destaca por ser la más exótica y difícil de conseguir.
Dónde crece la manzana negra?
Las manzanas negras se producen unicamente en la zona de Nyingchi, en la región autónoma del Tíbet, dentro de la República Popular China. Está situada a 3000 metros sobre el nivel del mar, y tiene una gran amplitud térmica.
Por qué se pone negra esta manzana?
Esta variedad obtiene su tonalidad oscura gracias a las condiciones geográficas que se dan para su cultivo. Y es que la altura de 3.000 metros sobre el nivel del mar del lugar donde crecen ofrece condiciones atmosféricas bastante drásticas, haciendo que las manzanas estén expuestas a un exceso de radiación ultravioleta, lo que favorece la concentración de antocianos y por ende, la piel oscura, de un tono morado oscuro, casi negro.
Es sumamente exclusiva
La variedad de manzana Hua Niu es muy exclusiva debido a que su producción no es a gran escala, y a que tiene un proceso de de crecimiento prolongado. Por estos motivos puede encontrarse en el mercado por un precio que ronda los 8 dólares.
El proceso de maduración de una Black Diamond puede llegar a tardar ocho años y, por sta razón, es muy difícil de encontrarla ya que no es la preferida de los agricultores de la zona.
Sin embargo, y a pesar de que su precio es muy alto, la manzana negra no es la más cara del mundo ya que en Japón existe un tipo de manzana llamada Sekai Ichi. Esta variedad es aún más particular que la anterior y tiene un precio promedio de 21 dólares por unidad.
Texto: Euhen Matarozzo, revista Billiken