Delincuentes se llevaron la máquina de café, el molino y los filtros y la obligaron a bajar las persianas de su emprendimiento gastronómico. La víctima asegura que en Bariloche “la seguridad no existe” y reclama a la Policía para garantizar la seguridad en la ciudad turística rionegrina.
“No sólo es un daño económico enorme, es un golpe moral y anímico inimaginable”. Marian Tudor nació en Bariloche hace 34 años y es quien ideó un emprendimiento que se transformó en el sustento económico de su familia.
El Cafecito, tal como bautizó al carro que instaló en el kilómetro 13 de la Avenida Bustillo, captó adeptos y seguidores desde su apertura, en 2019.
Era, hasta este miércoles, el primer café de especialidad sobre ruedas que funcionaba en la ciudad patagónica pero un par de delincuentes no sólo se llevaron las herramientas indispensables para seguir recibiendo clientes. También se llevaron la ilusión y el entusiasmo de su dueña para seguir adelante con el proyecto.
“Me fundieron mal”, resumió Tudor, en diálogo con Infobae, dos días después que los autores vulneraran la seguridad de su carro para sustraer la cafetera, el molino y los filtros que utilizaba para sus elaboraciones.
El Cafecito funcionaba a mitad de camino entre el centro de Bariloche y el emblemático hotel Llao Llao, a 500 metros de la dependencia policial que debería garantizar la seguridad de turistas y residentes.
Sin embargo los ladrones actuaron sin prisa. Con una pinza abrieron el carro, cortaron la cadena que aseguraba la cafetera y seleccionaron el botín.
Tras recibir la noticia sobre el robo, la víctima caminó hasta la Subcomisaría para denunciar lo que había pasado y la respuesta la hizo caer en razón: “Somos 10 policías para cubrir 30 kilómetros o más en el oeste de Bariloche”.
“Soy madre soltera y hace cuatro años tomé la decisión de emprender, pero este miércoles destrozaron todo lo que armé”, se lamentó durante una conversación con este medio. La cafetera no era suya, sino que estaba en consignación, situación que complica aún más el caso.
No se trata del primer robo que ocurre en la ciudad rionegrina a un food truck, sino que varios de ellos fueron objetivo de los ladrones. La problemática de la inseguridad no es propia de esa zona de Bariloche, sino que se extiende a otros puntos cardinales. A todos.
“La seguridad de Bariloche no existe, es una desidia absoluta. A los turistas les afanan todo el tiempo, a nosotros (los residentes) también… pero no hay autoridad que se haga responsable” resumió Tudor en un mensaje escrito en el que buscaba viralizar su angustia.
La falta de efectivos policiales en Bariloche se atenúa durante las temporadas turísticas – en verano y en invierno – cuando el gobierno de Río Negro dispone el arribo de refuerzos, para aumentar la presencia de uniformados, sobre todo, en los sitios de mayor afluencia de turistas.
Sin embargo, el paliativo dura poco y nada. “Bariloche es la ciudad que tiene la mayor superficie de todo el país, ello atenta no sólo con la seguridad, sino también con el recorrido de los colectivos urbanos, la recolección de residuos, con la prestación de servicios en general”, dijeron fuentes del municipio local.
Cada dependencia policial tiene una amplia superficie dentro de su jurisdicción para cubrir la seguridad, aunque la institución no sólo carece de recursos humanos para poder hacerlo, sino que también faltan los materiales. “No hay patrulleros, no se los ve. Los que están, tienen años de uso y ya están deteriorados. En algunos destacamentos, los uniformados acuden a las emergencias con sus autos particulares”, sostuvo Tudor.
Los vecinos de Llao Llao, un barrio cercano al hotel homónimo, cuestionaron esta semana la falta de decisión política de la gobernadora saliente Arabela Carreras de resolver la problemática de la inseguridad. Creen que el conflicto no es la institución policial en sí, sino la conducción política de la provincia de Río Negro, haciendo foco tanto en Carreras como también en Betiana Minor, la actual titular del Ministerio de Seguridad y Justicia.
La queja surgió luego de un intento de robo a la vivienda de una mujer jubilada, que fue protagonizado por seis delincuentes encapuchados quienes no lograron concretar el hecho. La imagen de los ladrones se difundió a través de las redes sociales. “No podemos más, estamos a la buena de Dios, no hay policías y nadie atiende nuestro reclamo”, dijeron desde esa junta vecinal.
Además, mencionaron que, preocupados por los hechos delictivos, enviaron notas a las autoridades políticas, pero las mismas fueron ignoradas. “Nadie nos respondió”, se quejaron.
Fuente: INFOBAE, Buenos Aires