En un ameno reportaje realizado por María Ester Gilio para la revista Crisis en el año 1974, Jorge Luis Borges, no podía ser de otra forma, respondía a muchas de ellas con su gran uso de la ironía.
Así fueron desfilando los temas más afines al escritor: la literatura anglosajona, los compadritos, sus antepasados, el otro Borges, la ceguera y los libros, entre otros.
La periodista aludiendo a algunos cuentos como “El ajedrez” o el “Condenado a muerte” lo interroga sobre las pesadillas, y éste le responde “que tenía pesadillas durante casi todas las noches y que contadas no son horribles, pero soñadas sí lo son”.
Y a continuación le contó que “Noches pasadas soñé con un señor que tenía melena y una cara que era casi la de un león. Un semicírculo de personas que tenían un poco cara de leones, aunque menos que él, lo Y hablando de otro señor dice que “era judío, y yo lo sabía, que gesticulaba y daba testimonio de todo lo que pasaba. Y estaba en el medio, así, enamorado”.
“Alrededor de él ese semicírculo de personas todas vestidas como él, con melenas y barbas. Algunos, yo me di cuenta, casi no tenían caras de leones, simplemente buscaban ese puesto y se habían caracterizado. Esto contado no tiene nada de particular”.
Y acota que “He elegido este sueño porque precisamente, en sí mismo no es terrorífico, es disparatado. Imagínese el desatino de una persona que tiene cara de león y busca acompañantes parecidos a él”.
La gran pregunta: ¿Borges habrá prefigurado a Javier Milei y sus seguidores en este sueño?
Miremos: Leones, melena, judío, gesticulaba, enamorado, puestos, acompañantes, disparatado, caracterizados, desatino…
En fin, nada más que agregar.
Texto: Jorge Castañeda, escritor
Valcheta (Río Negro)