Los autos son el gran atractivo de mucha gente y también suelen ser el bien que deja en evidencia a quienes de un día para el otro juntan algo de dinero o dan un salto en su nivel socioeconómico.
Esto hace que, aquellos que prefieren mantener el bajo perfil, elijan muchas veces modelos que no sean tan ostentoso, y ahora también optan por las camionetas, que son cómodas y se volvieron muy populares y funcionales.
En el caso de los sindicalistas, que representan a los trabajadores y en su mayoría llevan décadas al frente de los gremios, andar en autos de alta gama no los hace quedar bien, pero los sedanes grandes, tope de gama, son los preferidos de la mayoría.
Por eso, tras el paro general del 9 de mayo, el vocero presidencial, Manuel Adorni, lanzó una dura crítica donde el auto se metió en el medio de la escena: “Están hace 40 años, el resultado son sueldos miserables y ellos andan en autos importados,” dijo de forma directa.
Los autos que usan los sindicalistas
Se hacen ver poco públicamente, llegando a alguna reunión o en medio de encuentros claves del sindicato. En estos casos, se los ve rodeados de seguridad, como Hugo Moyano, líder de los camioneros o siempre bajando del lado del acompañante (será chofer o el conductor designado), como Armando Cavalieri, de Comercio.
Los autos que usan en estos casos son tope de gama, en general sedanes y muchas veces de marcas masivas. Esto no quiere decir que sean más baratos, sino que superan hasta los 70.000 dólares. Por otro lado, muchos mantienen en resguardo a los modelos alemanes, Mercedes Benz y Audi entre los preferidos.
En los últimos años, el caso más explosivo de un sindicalista fue el de Marcelo Balcedo, dirigente gremial, secretario del Sindicato de Obreros y Empleados de Minoridad y Educación (SOEME). Tenía un Porsche Panamera (2012), un Chevrolet Camaro 2SS (2014) y una camioneta Range Rover 5.0 HSE Supercharged (2016), por lo cual fue investigado.
Otro sindicalista de Córdoba, Pascual Catrambone, del sindicato de basureros de esa provincia, también terminó investigado por un Mercedes Benz GLE Coupé 400 4Matic.
Omar Maturano, jefe del sindicato de los maquinistas de tren desde 1994, también se lo vio con un Audi; mientras que a una reunión de la CGT llegó un secretario en un Toyota Camry, el sedán tope de gama de la japonesa.
Además de los autos, muchos de ellos guardan en sus garages cuatriciclos de alta cilindrada y con un valor de u$s15.000 promedio; mientras que también se los ve con camionetas 4×4 durante el verano, donde los precios de las versiones XL promedian los u$s100.000.
La elección no cae bien en los círculos más cercanos, porque el poder adquisitivo de los trabajadores que defienden se ve empobrecido. Mientras tanto, muchos sindicalistas disfrutan de la alta gama y Adorni se los hizo saber.
Fuente: iProfesional