Fantasma en una escuela de San Antonio Oeste. “Algo superior, un raro suceso”

 

Como suele suceder, cada vez que aparece alguna noticia relacionada con fantasmas o apariciones inexplicables se renuevan los comentarios u opiniones respecto a la existencia  o el origen de estas presencias y la inevitable pregunta sobre la existencia o no de los  misteriosos  “fantasmas”.

Obviamente que es frecuente que se conozcan informaciones relacionadas con extrañas figuras, por lo general humanas  claro, que obligan a relacionarlas con acontecimientos o situaciones vividas o te han contado y que de inmediato intentamos relacionarlas o vincularlas con  hechos protagonizados  o conocidos.

Lo extraño del caso que nos ocupa es que no se habla de la aparición de un “fantasma” o espectro de figura humana, sino de imágenes que pueden atribuirse a la intervención de personas o de algo superior como autor de un raro suceso.

Según trascendió, en el aula de una escuela de San Antonio Oeste  se registró un hecho paranormal que sorprendió al personal del establecimiento, ya que fueron testigos del extraño y sorprendente acontecimiento.

Superado el primer momento, que conmocionó a los trabajadores del lugar, quienes se refirieron al fenómeno  que consideraron  paranormal, ya que lo visto – según afirmaron – desafiaba la lógica y la racionabilidad.

El suceso, según lo relatado, se produjo mientras los trabajadores realizaban tareas de aseo de las aulas como lo hacían en forma habitual, luego de la jornada del dictado de clases.  De acuerdo a lo manifestado por el personal que realizaba esas tareas, escucharon ruidos extraños en una de las aulas y la curiosidad los llevó a ingresar a efectos de investigar y constatar las causas de los extraños y misteriosos ruidos.

La sorpresa de los empleados se produjo entonces al ingresar al aula, ya que se encontraron con una escena que los alarmó,  por considerar que a la misma no le encontraban ninguna explicación, ya que todas las sillas que se encontraban en el aula estaba apoyadas con sus respaldos sobre las mesas, desafiando las leyes de la física y obviamente toda explicación.

La sorpresa de los trabajadores adquirió mayor dimensión, al observar que en la sala no se encontraba persona alguna a quien se le atribuya la tarea de acomodar las sillas de esa manera, aunque rápidamente consideraron por otra parte que dicha tarea era imposible, ya que las sillas se encontraban dispuestas de manera equilibrada con sus respaldos apoyados en las mesas, de tal forma que conformaban una escena que desafiaba toda explicación racional

Ante la inexplicable escena que dejó a todos perplejos, antes de dejar la sala dominados por una especie de sorpresa y temor, tomaron imágenes con sus teléfonos y abandonaron el lugar.

La idea era comunicar a las autoridades del establecimiento escolar los aspectos salientes de lo vivido, como asimismo buscar ayuda o alguien que pueda aportar elementos que clarifique los hechos.

La diferencia de esta historia o acontecimiento, con la mayoría de las que habitualmente hacen referencia a cuestiones en las que intervienen fantasmas es que en la que  nos ocupa ahora no se menciona la presencia de ninguna figura humana, lo que indiscutiblemente aporta una dosis de confusión o misterio mayor.

Como suele suceder en estos casos, además de la conmoción que provocó en el seno de la institución educativa, el tema se instaló en la consideración de la mayoría de la comunidad sanantoniense, que se motró sorprendida, pero lejos están de encontrar argumentos que den certeza al extraño y misterioso suceso registrado.

No faltan entonces las opiniones más diversas escuchadas, algunas que se inclinan o especulan con la posibilidad de una manifestación paranormal desconocida, en tanto otros sectores buscan las razones y explicaciones en otras cuestiones más terrenales.

Lo cierto que las imágenes tomadas por quienes fueron testigos del asombroso acontecimiento, han tenido amplia circulación a través de las redes, provocando interés y debates inundando de teorías e infinidad de conjeturas que lejos están de hallar respuestas.

 

Texto: Eduardo Reyes, escritor de Viedma

Las Grutas  —  Río Negro

Foto ilustrativa, no corresponde al hecho detallado

 

 

 

 

 

 

 

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