Río Negro: Ex directora de escuela narró experiencia paranormal: “No estamos solos”

 

Personalmente, hasta hace dos años era directora de jornada completa de una escuela primaria de San Carlos de Bariloche.

Ocupé mi cargo en el año 2012, viviendo en la casa que se encontraba en el predio de la institución escolar.

Una mañana de sábado, abrí la escuela para llevarme unos trabajos pendientes para realizar en casa.

Como el barrio es bastante complejo cerré con llave la puerta de ingreso y me dispuse a chequear mails, en la computadora que tenía en la Dirección y a juntar la documentación que necesitaba para terminar en casa los trabajos que me había quedado sin terminar de responder.
Antes de hacer esto cerré la puerta sin llave de la dirección, y mientras chequeaba los mail golpearon la puerta y escuché decir “buen día”.

Abrí de inmediato la puerta, si estaba con llave la puerta de ingreso, por dónde había entrado esa persona. Era la voz de un hombre la que escuché. La escuela cuenta con primer piso.

Me dirigí allí a revisar todas las aulas, hice lo mismo con el otro sector, con la cocina, baños pero no encontré a nadie.
Tomé mis cosas, cerré con llave y me fui a la casa que se encuentra, como dije antes, en el predio, a 20 metros del edificio.

Cuando llegué mi esposo me preguntó si me había pasado algo porque estaba muy pálida. Le conté lo que me pasó y se dirigió a revisar la escuela, pero no encontró a nadie.

En otra oportunidad, mis hijos adolescentes, como aún no teníamos servicio de internet en la casa, se sentaban con sus netbooks en los escalones de entrada de la escuela a tomar internet para hacer sus tareas escolares. Todos los días iban como las 19.00 hs a ese lugar y sobre las 21.00 hs salía a buscarlos para cenar, porque obvio, luego de hacer sus tareas jugaban online con algunos amigos.
Una de las tantas noches no hizo falta que los fuera a buscar.

Llegaron corriendo a casa, aclaro que mis hijos, en ese momento tenían 20 y 18 años.

Cuando les pregunté porque habían llegado a casa tan temprano, me dijeron que no tomarían más internet de la escuela ni que andarían por la entrada porque la escuela estaba embrujada.

Escucharon barrer en las aulas del primer piso, caerse baldes y correr sillas y mesas.

Ingresé en la escuela acompañada por ellos y mi esposo, efectivamente no había nadie en la escuela. Revisamos cada rincón y nada.

Esto ocurrió en enero del 2012. No había estudiantes ni personal de servicio de apoyo (porteros) en el edificio.
En febrero cuando iniciamos el trabajo, previo al inicio de clases, le conté a una de las porteras más antiguas de la institución los hechos vividos por mis hijos y por mí.

Me contó que en la escuela trabajaba un portero, que en su momento vivía en la casa que yo habitaba, que al poco tiempo de jubilarse falleció y que muchos, continuamente, a primeras horas de la mañana o al finalizar las clases del turno noche escuchaban movimientos en las aulas, como que alguien las estaba acomodando.

Por otro lado, me relató que varios alumnos de la escuela, tanto del diurno como del nocturno habían fallecido, uno de ellos en el patio de la escuela en horario de clases y que parecía que sus almas no podían dejar la escuela.

Si esto me lo hubiesen contado sin haber tenido personalmente la experiencia que viví y relato o la que vivieron mis hijos, no lo hubiese creído.

Quería compartírselos.
No estamos solos.

Texto: Marisa Vigo (San Carlos de Bariloche)

Foto ilustrativa, no corresponde al tema publicado

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