Amonites, de 160 millones de años, se pueden observar en el Museo de Valcheta, Río Negro

La provincia de Río Negro, entre sus numerosos recursos naturales, también se distingue por la importancia superlativa de sus fósiles.

Para su conservación y estudio por los científicos no sería redundante recomendar a los viajeros y turistas que son amigos de remover, recoger e incluso llevarse ciertos restos petrificados, que no se trata en el caso de esta nota, por ejemplo, que no se trata de caracoles, como ingenua y precipitadamente los califican, sino de respetables y milenarios amonites, que cuentan en su haber con la friolera de 160 millones de años.

Carlos Spineli advertía hace ya 70 años que “si las personas que se encuentran ante estos presuntos caracoles, supieran esto, otra sería su reacción ante el molusco cefalópodo que poblara los mares del paleozoico superior. Y es muy posible que el objeto encontrado se constituya en la pieza principal de una cacería en busca de recuerdos”.

Así ha pasado en ciertos lugares de la meseta de Somuncurá, del bajo del Gualicho  y sin ir más lejos del maravilloso “cañadón de de las ostras” en cercanías del balneario Las Grutas.

“Técnicamente –agrega Spineli- los amonites eran una numerosa familia –más de 1.800 especies- de invertebrados, contemporáneos de las grandes coníferas y anteriores a los dinosaurios. Su tamaño variaba desde uno hasta doscientos cincuenta centímetros de diámetro”.

“En Grecia y en Egipto se los conoció, por su forma en espiral, bajo el nombre de “Cuerno de Ammón”, dios egipcio con cabeza de carnero y cuerpo humano. Tal el origen de su denominación actual: “ammonites”.

“Extinguidos hace miles de siglos se los puede hallar en estado fósil en las colinas que alguna vez sirvieron de lecho a los mares hoy desaparecidos. Como la Patagonia ha sido fondo de mar, de ahí que se los encuentre con cierta frecuencia”.

Si el turista es amante de conocer estos particulares de la naturaleza los podrá apreciar en toda su dimensión en el “Museo Provincial María Inés Koop” de Valcheta, donde la gentileza y erudición de su actual directora Romina Rial, dará todas las respuestas a sus inquietudes. Lugar maravilloso para visitar durante la próxima temporada estival.

Y ahora para dar el cierre a esta breve nota, un curioso poema: “¡Oh, ammonite, ammonite! / Extinto molusco de la vida nectónica / que en el devónico apareciste, / con bolsas de tinta negra no tóxica. / En facies de surcos y umbral navegabas, / alegremente entre praderas de crinoides, / on tu concha aragonítica y tus carenas, / hasta que un día llegaron los asteroides. / Y sobre el fondo te fuiste posando, / y lentamente de sedimentos rellenando / que con el tiempo se fueron litificando, / hasta no dejar de tu cuerpo nada blando. / Muchos millones de años pasaron, / y los mares fueron emergiendo, / hasta dejar este relieve estupendo. / y tu calizo estrato disolviendo. / Seas del Titoniano o del Calloviano /  buen fósil guía tú serás, / aunque en tu estrato el tiempo se condense, / al encontrarte, alegría nos darás. /  Pero esto no hay quién lo aguante, / verte de polo cubierto en un estante, / en esa madera de naturaleza alienante. / En un nuevo estrato quiero trasplantarte, / pensando de tu cautiverio liberarte, / No quiero tregua ni un desarme, / eres de esta guerra mi estandarte, / eres, aún fósil, puro arte”. Crédito: Nahúm Méndez Chazarra – “Un geólogo en apuros”.

Dicen los que saben, que en la figura de los amonites está el secreto del número áureo, casi nada!!

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta (Río Negro)

Foto ilustrativa

 

 

About Raúl Díaz

Check Also

En Río Negro están registrados oficialmente 1.200 deudores alimentarios

  En la provincia de Río Negro están registrados 1.200 deudores publicados en una página …