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Para complicarles más la cosa les anticipo que el partido estaba organizado por un grupo de jóvenes ingleses para una fecha determinada, pero ese día llovió mucho por lo tanto el encuentro tuvo que suspenderse y se fijó una nueva jornada para el encuentro.
El nuevo día elegido también presentó problemas impensados y si bien se fueron solucionando dejaron dos hecho que resultaron históricos como el partido mismo. Uno de los problemas que apareció para los organizadores de la naciente contienda deportiva, fue que los equipos no podían lograr la cantidad necesaria (11) para integrarlos.
Las razones fueron varias, pero se supo que algunos pudorosos consideraban que se verían un tanto ridículos corriendo detrás de un esférico para hacerse de él y luego desprenderse del mismo a las patadas y además no coincidían en la ropa a utilizar durante el enfrentamiento para identificarse con los compañeros de equipo y diferenciarse de los adversarios.
Esta fue una de las razones por las cuales las escuadras se conformaron con ocho jugadores cada una y resultó novedosa la forma de identificarse en el campo de juego, ya que no había camisetas y tampoco imaginaron un atuendo parecido entre unos y otros.
Sin embargo, hubo alguien al que se le ocurrió cómo distinguirse y sugirió usar boinas diferentes y fue entonces que unos lucían su cabeza cubierta con el color blanco y sus adversarios rojas
Tampoco había referencia respecto al tiempo que se utilizaría para el encuentro, el que – según los documentos al respecto – este primer partido de futbol en el país fue de dos horas y el resultado final cuatro para los boinas rojas, cero para las blancas.
Muchos lectores se estarán preguntando seguramente, donde se disputó el histórico encuentro, ya que no había campos preparados para la práctica de futbol, considerado el primero del popular deporte. Como dijimos, el que había sido anunciado como inicial y tuvo que suspenderse por mal tiempo había sido programado en la zona del riachuelo, lo que no pudo concretarse, debido a la lluvia que se descargó en una zona inundable.
El segundo intento, que en realidad fue entonces el primero, tuvo lugar en la zona de Palermo, donde en la actualidad se encuentra instalado el Planetario y se disputó el 20 de junio de 1867 a las doce y treinta, tras la suspensión de la primera convocatoria que se había previsto para el 25 de mayo de ese mismo año.
Pero el acontecimiento dejó además otro dato de interés, que tiene una relación muy significativa con los colores que se utilizaron en aquel primer encuentro futbolístico.
Para ello debieron pasar treinta años, cuando los ex – alumnos de la Escuela del Buenos Aires English High formaron un equipo al que denominaron Alumni, que utilizaban ex – alumnos de colegios de los Estados Unidos.
Podemos agregar que Alumni fue repetido campeón a principios del siglo veinte y fue la base de los primeros seleccionados argentinos, pero hay otro detalle que los vincula con aquel primer partido realizado en el país.
Es la elección de los colores de la divisa por la que optaron los muchachos del Alumni, ya que fueron el colorado y blanco en homenaje a aquel primer partido de 1867 en el que los equipos usaron boinas con esos colores.
Y hay algo más: varios clubes que se fundaron más tarde en nuestro medio y entre quienes integraron el grupo inicial había algunos estudiantes, cuando tuvieron que decidir que colores los identificaría optaron por el “Colorado y Blanco” por caso Estudiantes de La Plata, Unión de Santa Fe e Instituto de Córdoba.
Muchos sostienen que esta particularidad responde al propósito de homenajear a aquellos pioneros del popular deporte.
Texto: Eduardo Reyes, escritor de Viedma, actualmente radicado en Las Grutas — Río Negro
