Pilquines y matuastos y batracio amarillo con patas rojas. Paisajes y animales de Río Negro

 

En el último e interesante libro de Valdis Drebnieks “El cañadón encantado”, que me enviara dedicado, recoge historias y leyendas sobre ese misterioso lugar que existe en la localidad de rionegrina de Comallo, literalmente en el cañadón en su cercanía.

Más allá de lo atrapante de sus relatos, de misterio, terror y actividades paranormales, pinta con amena pluma el paisaje, la fauna y la flora tan característica de toda la Región Sur.

Describiendo el lugar dice Valdis que en el mismo se pueden apreciar “bloques expuestos de jaspe rojo diamantino de más de cinco metros de diámetro y varias toneladas de peso; ágatas, malaquitas, cuarzos y otros bellos cristales de colores intensos esparcidos, los que, cargados de energías activas de los rayos del sol, encierran este singular sitio”.“También se encuentran varios árboles petrificados que parecen ser de antiguas araucarias y otras especies y también de fósiles de animales extintos de otros tiempo”.

“Y, es el motivo de esta nota, como actual fauna silvestre pueden verse las espléndidas, que en silencio observan el ambiente desde los altos riscos. Nucos posados sobre las rocas que, al ser vistos, se inflan cubriendo su cuerpo y parte de la roca con sus alas hacia abajo para advertirse más grandes y amenazantes. Lechuzas grises que miran con sus grandes y saltones ojos dorados. Matuastos de lomos coloreados con su panza de tonos verdes, aparentando ser crías de dragones fantásticos”.

“También –escribe Valdis- curiosas ardillas pilquín con largas colas que se parecen a las colas de los zorros. Liebres huidizas, igual zorros colorados, culebras y otros bichos”.

“Entre los hermosos pájaros, los pecho colorado con sus alegres trinos, las majestuosas palomas codornices, algunas de estas con crestas en sus cabezas gorjeando en las bandadas, que se destacan como enjambres de gallinas pigmeas en los cerros llenos de vida silvestre”.

“Además, una especie de batracio amarillo con patas rojas, aún desconocidas, posiblemente venenosas porque ni las bandurrias se atreven a atacarla”.

“Siendo un lugar agreste, con vegetación  esteparia y difícil de caminar o escalar, con muchas cuevas y grutas, bardas altas y continuas que rodean el zanjón. Suelos de tierra, en parte rocosos con piedras que parecen huecas y que retumban al andar. Con fuertes quebradas a escalar, con rocas de arrastre que se muelen con el paso del tiempo y en donde una caída o una lesión pueden resultar fatales al no tener auxilio”.

La Región Sur de Río Negro tiene mucho para ofrecer al viajero, con lugares de excepción, leyendas regionales, riquezas en fauna y flora, bosques petrificados y una naturaleza todavía incontaminada.

 

Texto: Jorge Castañeda

Escritor – Valcheta

 

 

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