La piedra sagrada tehuelche está en la meseta de Somuncurá, Río Negro

 

Según documentos de 1865/86, el naturalista Suizo Georges Claraz ubicó en una expedición realizada a nuestra Patagonia la “Piedra Sagrada” de los tehuelches, de un significado más que trascendente para esta etnia que habitó estas tierras desde hace 15.000 años.

Además, esta sabia persona suministró interesantes detalles del lugar donde se encuentra y los beneficios que brindaba a los tehuelches, como así también alertó sobre las precauciones que estos debían observar para obtener sus favores o ayudas. De acuerdo a la misma documentación, la Piedra  Sagrada se encuentra en el sector conocido como “Yamnago”, definido como “un paraíso”, donde la leyenda afirma que nunca se pasa hambre porque Dios hizo el lugar precisamente para que a ningún viajero le falte sustento.

Según la descripción del lugar, la zona se convierte en una emboscada para los guanacos que en grandes cantidades se concentran a abrevarse en la laguna donde beben tanto que pierden la rapidez, entonces los tehuelches los bolean.

Por esta razón, es imposible que no consigan buena caza y carne gorda, pero no deben olvidarse de cumplir con “la vieja” como denominan a la piedra. En ese sentido, se conocen numerosas historias, como la que asegura que cierta vez un indio no quiso dejarle nada, entonces cayó del caballo y se rompió el cuello. Otra anécdota asegura que en una oportunidad hubo quien despojó a la vieja de la leña existente en su alrededor y murió de hambre.

Entre las historias conocidas, se menciona la que indica que es necesario dejar al pie de la piedra algunas leñas ya que quien no lo hizo o se llevó la existente murió de frío.

Quien, además de sus propias investigaciones y estudios, se interiorizó de los trabajos de Claraz fue el Dr. Rodolfo Casamiquela, oriundo de Río Negro, que en 1971 se interesó en conocer más y aportar otros elementos e información sobre el tema, por lo que organizó una expedición con la colaboración de Alberto Cayupán descendiente de mapuches e integrante de una familia residente en la zona de El Caín.

El objetivo era localizar el sector conocido como  “corralitos” e identificado por los arqueólogos como “parapetos”, con el propósito final  de llegar a la Piedra Sagrada, Altar o La Vieja. Si bien no tuvieron el éxito esperado, lograron establecer en forma fehaciente la importancia o trascendencia que la región significaba para los tehuelches que habitaban ese sector, desde hace 15.000 años.

La región era considerada de gran importancia, tanto para la obtención de alimentos, como para negociar o transformarlos en elementos de uso. En el año 2006 el Dr. Casamiquela encabezó una nueva expedición a la región conocida como el bajo “yamango” en proximidades de El Caín, con el objetivo de localizar la ·”Piedra Sagrada” o “La Vieja” de tanta trascendencia para la creencia de los tehuelches.

En esta oportunidad, de acuerdo a la información  existente relacionada con este acontecimiento, el camino elegido para  cumplir con la misión estuvo basado en  el mismo itinerario utilizado oportunamente por el propio Claraz.

Para dar mayor trascendencia a esta nueva expedición el Dr. Casamiquela estuvo acompañado por funcionarios de las provincias de Rio Negro y Chubut, integrantes del Consejo de Ecología y Medio Ambiente, miembros del Poder Judicial y periodistas de distintos medios. Al respecto, debo indicar que quien esto escribe fue invitado a integrar la comitiva, pero por razones laborales y de tiempo, no pude ser de la partida.

Algunos integrantes que participaron de la expedición informaron que  al arribar al lugar, aquella mañana del 14 de noviembre del 2006 se manifestaba bastante ventosa y al momento de encontrarse frente a la Piedra Altar cuando camarógrafos y fotógrafos procuraban registrar las imágenes del acontecimiento, el viento fue aumentando hasta convertirse en un verdadero vendaval que tornaba hasta complicado a los presentes mantenerse en pie.

Ante tal situación, el Dr. Casamiquela que hablaba correctamente la lengua tehuelche pronunció al pie de la “Piedra Sagrada” o “La Vieja” en la que mencionaba algunas de sus creencias, como también ñandúes y guanacos a los que hizo referencia como “tus animales” cacica y pidió por favorecer a los presentes: entonces según testigos del acontecimiento, el viento cesó.

Respecto a la alocución o invocación del Dr. Casamiquela, expresada en la lengua tehuelche, pese a la demanda de los presentes para que brinde detalles  sobre lo indicado, sostuvo solamente que se trataba de un pedido o rogativa a los dioses, por lo tanto no podía revelar lo expresado.

Expresiones de algunos de los presentes en ese momento afirman también que la alocución de Casamiquela estuvo dirigida en nombre de los cazadores tehuelches que hasta fines del siglo XIX transitaban por aquellas latitudes y  oraban frente a la venerada piedra.

Texto: Eduardo Reyes, escritor

Las Grutas  —  Río Negro

Del libro de reciente aparición de Eduardo Reyes “Patagonia, bella, salvaje, misteriosa  y fascinante”

 

 

 

 

 

 

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