Pullman, la historia del “mejor servicio de trenes” y otros transportes

 

Este tipo de sistema se puso a disposición de los usuarios el 19 de octubre de 1857 en Chicago, Estados Unidos, cuando comenzó a circular un coche cama  en el servicio ferroviario, otorgando a los pasajeros una comodidad adicional a los usuarios de ese transporte.

El inventor de las mejores condiciones para los viajeros o pasajeros apareció tras la observación  de quien consideró que debían dotar de mayores condiciones a aquellos usuarios del servicio que contrataban tramos de grandes extensiones.

El visionario fue George Mortimer Pullman, quien además fundó la Pullman Company en la ciudad de Chicago y que a los 14 años fue abanderado de la escuela a la que concurría y muy rápidamente se convirtió en una de las personalidades influyentes y controvertidas de Chicago, donde entre otras actividades se dedicaba a la fabricación de féretros y otros emprendimientos industriales

De acuerdo a las informaciones sobre el tema, se asegura que George diseñó el coche cama ferroviario, vagón pullman o coche Palacio, inspirado en los navíos que navegaban en el Lago Erie en Albión. Agrega la información que el primer coche se terminó de construir en 1864 y adquirió fama al trasladar el cuerpo del asesinado presidente de los Estados Unidos Abraham Lincoln entre Washington y Springfield y fue éste uno de los motivos que generó una gran demanda de coches.

A partir de entonces se produjo un éxito de los nuevos coches a pesar que su costo era muy superior al de los vagones comunes y eran publicitados como “coches Pullman, lujo para la clase media.”

Pero Don Pullman no se quedó con ese logro, sino que continuó ideando mejoras para los viajeros y presentó su primer hotel sobre ruedas, “El Presidente”, un coche cama, mas otro vagón cocina y agregado uno que era el comedor.

Además, la comida competía con la de los mejores restaurantes de la época y ofrecía un servicio impecable. No pasó mucho tiempo y presentó un nuevo modelo que bautizó “Delmónico” cuyos menús eran preparados por chefs famosos del también famoso restaurante “Delmónico” de Nueva York.

Las informaciones agregan que en todos los casos se ofrecían servicios de primera clase que estaban a cargo de esclavos que habían sido liberados, quienes oficiaban de recepcionistas, camareros, animadores y valets.

Pullman advirtió que asegurar el éxito de los coches-cama por él inventados necesitaba proveer una  gama de servicios que se complementara con la venta de pasajes, reservas, preparación de bocadillos, reparación de ropa, etc.

Sostenía que los esclavos de las plantaciones del Sur reunían las condiciones y con un entrenamiento necesario podrían atender a los hombres de negocios que necesitaban sus servicios.  Pullman se convirtió entonces por tal razón en el primer empleador de afroamericanos tras los sucesos registrados luego de los conflictos registrados en los Estados Unidos que posibilitó su liberación.

La avidez de Pullman por los negocios lo llevó a ingresar a emprendimientos de todo tipo, entre ellos edificios horizontales, hoteles, tierras, fábricas, viviendas para los operarios, parques, bibliotecas, iglesias, empresas de transporte, inversiones en oro y de acuerdo a lo que se sabe llegó a ser propietario de 1.300 edificios.

Su poderío económico llegó a ser tan dominante que gobernaba Chicago como un varón feudal, por lo que pasó a ser conocida como ciudad Pullman. Con tal poder prohibió periódicos independientes, también los discursos públicos, como reuniones y discusiones abiertas. Las organizaciones de caridad fueron prohibidas como otras atribuciones dictatoriales que obligó a que los ciudadanos decían: “nacimos en una casa Pullman, comemos y adquirimos en los comercios Pullman, nos educan en escuelas Pullman, asistimos a Iglesias Pullman y cuando morimos, vamos al infierno Pullman”.

En 1894, la estrella de Pullman comenzó a apagarse, ya que en esa época los negocios no eran tan buenos, comenzaron las huelgas, se produjeron despidos de trabajadores, bajaron los sueldos pero no alquileres ni mercaderías y crecieron los disturbios, que debieron ser resueltos por las fuerzas federales enviadas por el presidente Glover Cleveland. Tras ello una comisión federal dictaminó que el culpable de la crisis era Pullman, por lo tanto en 1898 la Suprema Corte de Justicia de Illinois lo obligó a enajenar sus propiedades.

Para esto, Pullman había muerto en 1897 y la animosidad contra él era tan manifiesta que se lo tuvo que enterrar de noche en el Cementerio Graceland en un féretro forrado en plomo con refuerzos de acero en una bóveda de hormigón de varias toneladas de cemento con el propósito de impedir que su cuerpo fuera exhumado y profanado por activistas laborales.

Por lo tanto, cuando viajes en clase Pullman recordá que ese servicio nació por la idea de un visionario que, si bien logró muchos de sus objetivos, en la vida murió odiado por vecinos.

 

Texto: Eduardo Reyes, escritor de Viedma radicado en

Las Grutas  —  Río Negro

Foto ilustrativa: Tren Patagónico (Río Negro)

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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